Desde niño tenía claro que quería rodar por los escenarios y cantar. Ahora con 24 años, y sin haber perdido aquella ilusión infantil, el bergararra Aitor Garitano ha encaminado su vocación, trabajo y esfuerzo hacia el mundo de la música. Dice sentirse arropado por los suyos, su familia y entorno. “Siento que están orgullosos de mí sin decírmelo de forma directa. Creo que eso es algo muy bonito”, asegura. Se marca como objetivo “seguir creciendo profesionalmente y personalmente, disfrutando de cada proyecto y aprendiendo de cada experiencia”.
Con 12 años ya afirmaba que lo suyo era cantar. ¿Cuál ha sido el camino que ha recorrido desde entonces?
–El camino ha sido increíble. Me he encontrado a maravillosas y maravillosos músicos, cantantes y, sobre todo, personas que se han convertido en grandes amigas y amigos. Destacaría tres fases. La primera fue cuando entré en el Conservatorio Jesús Guridi de Gasteiz, donde empecé los estudios profesionales de música. Después en Musikene he estudiado una carrera musical de interpretación. Estos cuatro años han sido importantes pilares para mi formación, ya que los profesores y profesoras que he tenido me han dado las mejores herramientas para poder afrontar el futuro. Y la siguiente fase sería en la que estoy ahora mismo, realizando un Máster de Interpretación, al mismo tiempo que intento entrar en el mundo laboral, tan difícil por cierto, de los cantantes.
En 2012, en el musical ‘Peter Pan’ que alumbró la musika eskola de Bergara, encarnó al niño que no quería crecer. Sin embargo, Aitor Garitano ha ido creciendo de un modo imparable en la música. ¿Se siente afortunado?
–Sí, es una de las cosas de las que más afortunado me siento. Desde niño supe que quería dedicarme a la música y explorar el mundo de la ópera, los coros, las orquestas, los conservatorios… Simplemente he seguido mi intuición, siempre con ayuda, estudiando y preparándome de la mejor manera posible. Contando con el apoyo incondicional de mi entorno que ha sido y es muy importante.
¿Qué compañeros y compañeras de viaje ha tenido?
–Una de mis mayores influencias en los comienzos fue el director oñatiarra Aitor Biain, que desde los 12 años, cuando empecé a cantar con él, ha sido mi principal guía y apoyo. Junto a Aitor, en el ámbito coral de Bergara y Oñati he tenido, y tengo, increíbles hermanas y hermanos mayores que siempre han estado ahí ayudándome a resolver cualquier problema, dudas y preocupaciones, apoyándome en todo momento. Les debo muchísimo. Menciono también a Esteban Urzelai y Andoni Sierra, directores y compañeros que se han convertido en amigos. Su confianza en mí y las oportunidades que me han dado han sido fundamentales para mi crecimiento. Y, por supuesto, una vez más tengo que nombrar a mi familia y amigos, que son mi mayor apoyo.
"Maite Arruabarrena y Miren Urbieta se han convertido en mis principales referentes; ha sido un privilegio compartir escenario con ellas”
¿Quiénes han sido sus referentes o fuentes de inspiración?
–Realmente no he tenido grandes referentes. En mi pequeño recorrido he tenido la suerte de conocer a numerosos profesores, profesoras, directores, directoras, cantantes, músicos y músicas de gran talento. De cada uno de ellos y ellas he intentado aprender y absorber aquellos aspectos que más me han gustado.
Y su técnica, ¿se debe a algún profesor de canto en particular?
–Empecé cantando cuando era un niño y la primera profesora que tuve fue Marije Ugalde, con la que descubrí cómo cantar con la voz girada y con un falsete muy limpio. Fue un momento decisivo. En los años posteriores quiero resaltar, por un lado, a Maite Arruabarrena, mi maestra en Musikene, quien me transmitió su sensibilidad musical y vocal, su amor por la partitura y me guió en el dominio de mi instrumento. Y, por otro, a Miren Urbieta, que siempre ha estado cerca y atenta para resolver mis dudas y darme apoyo. Su guía y conocimientos técnicos han sido y son fundamentales en mi formación. En los últimos años las dos se han convertido en mis principales referentes. Además, ha sido un privilegio compartir escenario con ambas.
“Hace poco vi en la tele el espectáculo ‘Mitoaroa’ del grupo Zetak y me quedé muy impresionado con Pello Reparaz
¿Por qué la lírica y no rock, pop, punk… enrolado en un grupo?
–Es muy difícil de contestar esta pregunta (sonríe). Mi formación musical se inició en el ámbito coral, que está muy ligado al lírico. Diría que la técnica vocal impartida en el coro se basa en parte en los principios del canto lírico. Al fin y al cabo, el cantante lírico es un intérprete especializado en un repertorio específico, que requiere un entrenamiento vocal constante y su desempeño en el escenario es el resultado de una preparación técnica y artística exhaustiva. Esto no implica que otros géneros musicales, como el rock, punk y el pop, no cuenten con artistas que demuestren una gran maestría vocal. Hace poco vi en la tele el espectáculo Mitoaroa del grupo Zetak y me quedé muy impresionado con Pello Reparaz.
Canta como solista y en producciones de ópera. Ha participado en 'Carmen', 'Saturraran', 'Otello' y 'Trouble in Tahiti', entre otros títulos. ¿Qué destaca de estas actuaciones?
–Lo que más valoro de estas experiencias es la oportunidad de trabajar con nuevos compañeras y compañeros, cantantes talentosos y en grandes espacios escénicos. El proceso de conocernos, ensayar juntos, compartir momentos fuera del escenario y culminar con un estreno exitoso de una ópera es una experiencia gratificante que nos permite conectar unos con otros y, sobre todo, con nuestro instrumento: la voz.
¿Viene pisando fuerte la joven cantera lírica vasca?
–Sí. La existencia de Musikene en Donostia ha facilitado el acceso de jóvenes músicos vascos a estudios superiores de música, permitiéndoles especializarse en interpretación, composición, pedagogía y dirección musical. Durante mi etapa en Musikene tuve la oportunidad de compartir mis estudios con talentosos compañeras y compañeros, a quienes deseo un brillante futuro. Espero poder colaborar con ellos en proyectos futuros.
Próximas actuaciones
¿Qué proyectos tiene entre manos?
–Estoy finalizando mi participación en la reposición de la ópera 'Trouble in Tahiti' de Leonard Bernstein en la Ópera de Tenerife. Después, el 4 de febrero me trasladaré a Sevilla para interpretar 'I Tre Gobbi' de Manuel García en el Teatro de la Maestranza, bajo la dirección musical de Rubén Fernández Aguirre y de escena de José Luis Arellano. Participaré, asimismo, en el Festival Musika-Música 2025 de Bilbao, y en la interpretación de las arias de la 'Pasión según San Juan' de J. S. Bach en Mallorca. También ofreceré un recital en Bergara, acompañado al piano por Germán Ormazabal.
“Aunque mi agenda es exigente, en los últimos años me he esforzado por lograr un equilibrio entre mi vida profesional y personal”
Tiene también su versión como director. De hecho, lleva la batuta de los coros infantiles de Ganbara Kantu Eskola de Oñati, la coral Loinaz de Beasain y Ezoziko Ama Abesbatza de Soraluze. ¿Cómo hace para compaginarlo todo?
–Aunque mi agenda es exigente, soy, además, profesor en la musika eskola de Beasain, creo que con una buena organización es posible compaginar todas estas actividades. En los últimos años me he esforzado por lograr un equilibrio entre mi vida profesional y personal, ya que ambas son importantes para mi bienestar.
Para terminar, ¿cuál es el mejor momento que ha vivido encima de un escenario?
–Mi recital de fin de carrera, el 13 de junio de 2024. Fue un desafío emocional y técnico muy positivo. Un concierto de una hora que incluía las obras trabajadas durante el cuarto año de la carrera. Experimenté una gran cantidad de nervios antes del recital, representaba el final de mis estudios de grado. Sin embargo, superó mis expectativas y todo fluyó correctamente. Fue una experiencia musical muy gratificante.