Los trabajos para estabilizar el talud de la Cerrajera, situado bajo la variante, han despegado esta semana y, si todo marcha sin contratiempos, estarán concluidos “para finales de febrero”. Así lo ha comunicado este martes el concejal de Obras, Servicios y Mantenimiento de Arrasate, Kepa Urteaga, que ha explicado los detalles de la actuación que consistirá en colocar diferentes sistemas de protección contra desprendimientos de roca, en función de las características que presenta cada zona de la ladera que atraviesa el recorrido desde la estructura en forma de arco (vestigio de la antigua empresa Unión Cerrajera) hasta el paso de cebra junto a Kulturola.

Hace algo más de un año el citado talud sufrió un deslizamiento de tierras provocado por las fuertes lluvias. A partir de ese momento se acordonó el carril contiguo, que se usa a modo de bidegorri, para velar por la seguridad de peatones y ciclistas. 

Barreras dinámicas y metálicas

Las obras que acometen los operarios de la empresa Inacces Geotécnica Vertical incluyen distintas intervenciones, teniendo en cuenta que la pendiente de la ladera no es uniforme. De esta manera, en los puntos con inclinación alta, donde el riesgo de desprendimientos es mayor, se instalarán barreras dinámicas que ofrecen “una solución eficaz” para contener el avance de material caído.

Concretamente, una de las barreras, de 54 metros de ancho, se ubicará en el tramo hacia el edificio de Etxaluze, tras pasar el supermercado Eroski, y la segunda, de 24 metros, se colocará en la zona más próxima a Kulturola. Otras dos pantallas estáticas, de dos y 2,5 metros de alto, se dispondrán cercanas a la acera y sobre un muro de cierta altura para evitar que pequeños corrimientos de tierra alcancen la vía peatonal.

Estabilidad y resistencia

“En los puntos donde la pendiente del talud es menor se establecerán medidas de protección secundarias. Frente al supermercado la inclinación es muy suave y su consolidación se realizará mediante técnicas de bioingeniería. Se instalarán tres vallas, cada una con 16 postes de madera y una barra circular 'Gewi' de 40 milímetros en su interior, que garantizará la estabilidad y resistencia ante posibles desprendimientos”, ha detallado Urteaga. Además, en el tramo apenas inclinado se construirá una cuneta y se plantará vegetación.

Todas estas actuaciones, que tendrán un coste de 91.300 euros para las arcas locales, se completarán con la mejora del sistema de recogida y canalización de aguas pluviales.

Un operario trabajando en una de las zonas del talud. A.D.

Estudio geotécnico

Urteaga ha reconocido que el inicio de la obra se ha alargado más de lo deseado, por un lado, “porque el estudio geotécnico para conocer el estado real del talud no fue sencillo (Ikerlur Ingeniería Geotécnica se ha encargado del proyecto), y por otro, se ha estado a la espera de la autorización de la Diputación Foral de Gipuzkoa para su ejecución, ya que es propietaria de una gran parte del terreno afectado”.

En cualquier caso, el edil arrasatearra ha precisado que desde que se produjo el desprendimiento el Consistorio ha realizado “un trabajo continuo”, y que se aprovechará la intervención ya en marcha para retirar los restos que aún quedan en el lugar de la antigua Unión Cerrajera. “Es un proceso difícil; las máquinas no pueden trabajar en el suelo por la pendiente, así que se actuará de forma manual o con ayuda de grúas”, ha añadido.

Una vez finalizadas las obras, y tras limpiar las malas hierbas que en este tiempo han poblado el bidegorri, este se abrirá al tránsito peatonal y ciclista.