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Aiert AlberdiMúsico oñatiarra

“Quiero crear música para cuerpos subversivos que son mucho más que dominados; con poder de decisión y liberación”

Pop, electrónica, política y disidencia sexual se funden en ‘Somateka’, el primer disco del oñatiarra Aiert Alberdi que el próximo día 25 sonará en Errenteria

“Quiero crear música para cuerpos subversivos que son mucho más que dominados; con poder de decisión y liberación”A.A.

A sus 19 años y con una trayectoria musical que empezó a labrar de niño, Aiert Alberdi rueda por los escenarios con su álbum debut ‘Somateka’, un disco ecléctico en sonidos y reivindicativo en sus letras que, como señala, nacen “del dolor”. Sus estudios de Sociología y Ciencias Políticas influyen en la actitud y el trabajo artístico de este joven músico euskaldun que canta, compone y produce.

A finales de 2024 presentó su primer disco. ¿Ha cumplido un sueño?

–Más que un sueño han sido muchas horas de trabajo, intimidad y goce. Pero es verdad que me hace especial ilusión que este disco una y colectivice canciones que he escrito desde los 13-14 años, aunque gran parte de él lo haya compuesto en el último año. 

¿Qué encontramos en ‘Somateka’?

–Son canciones que nacen del dolor colectivo, diría, incluso, estructural. Todas han surgido en la intimidad, donde se sienten y se vomitan más esos dolores. Referente al sonido y la producción, son el resultado de esa búsqueda de la forma que tenía que tener todo esto: la pregunta era cómo encarnar ese dolor. Para quienes lo comparten está dirigido el disco.

¿Qué reivindican sus letras? ¿Qué mensaje quiere lanzar?

Quiero crear música para las clases que sufren violencias: para cuerpos subversivos que son mucho más que dominados. Cuerpos con poder de decisión y liberación. Quiero que la música tenga función de agenciamiento, que sea herramienta para ello.

"El disco recoge la tensión entre el dolor frágil cantado desde la intimidad y la violencia sufrida en forma de grito"

Es un álbum de pop electrónico, pero en la orgánica ‘Zuregatik’ ofrece como contraste pasajes íntimos totalmente acústicos protagonizados por una guitarra. Un instrumento que siempre le ha acompañado.

–Sí, las melodías han surgido espontáneamente, con la guitarra en la mano. También tenía una intuición electrónica bastante clara, sobre todo por algún elemento electrónico que he querido integrar durante los últimos años en los bolos, y por las referencias y el movimiento artístico y político que se ha (y se está) formando alrededor de la electrónica en Euskal Herria. El disco recoge todo ese cuerpo móvil compuesto de electrónica, intimidad y acústica; la tensión entre el dolor frágil cantado desde la intimidad y la violencia sufrida en forma de grito.

En el disco se puede escuchar el tema ‘Autodefentsa’ en el que participa Olatz Salvador, que grita con crudeza la autodefensa colectiva. ¿Cómo fue esta colaboración?

–Ha resultado muy vibrante vivir esta experiencia con Olatz. La crudeza de la canción ha hecho que compartirla haya sido compartir un grito. Eso ha sido lo más bonito. Todo el proceso se desarrolló de una manera intensa y la grabación del videoclip fue muy especial. Nos reunimos y colectivizamos el dolor, pero, sobre todo, nos agenciamos de nuestros cuerpos. 

"La composición muchas veces es igual de intensa que vivir las cosas que escribes, pero eso no hace que el dolor se multiplique, al contrario"

El repertorio también incluye un tributo a su ama que escribió cuando tenía 13 años. ¿Qué queda de aquel niño ilusionado por la música, que entre otras muchas cosas, participó en ‘La Voz Kids’?

–Somos cambios constantes, y es cierto que he cambiado mucho de aquel niño que tocaba la guitarra. Pero quedan todos los años vividos hasta ahí, especialmente, las relaciones trabajadas y construidas que, hoy por hoy, me siguen sosteniendo. La canción 'Ama' es reflejo de ello. 

¿Cuál ha sido su evolución?

–La politización. Mi relación con ella ha ido estrechándose a medida que han pasado los años. La teoría ha sido el modo de curar muchas heridas, de colectivizar el daño y, de esa manera, sentirme más liberado. Por otro lado, esa relación y todas las demás vivencias han ido construyéndome, siendo un cambio constante visceral. 

¿Qué le da la música? ¿Qué expresa a través de ella?

–La música me da ese hueco para ese dolor. De alguna forma, para sanarlo o, al menos, agilizarlo. La composición muchas veces es igual de intensa que vivir las cosas que escribes, pero eso no hace que el dolor se multiplique, al contrario. Volver a sentir ese dolor por voluntad propia, y mayoritariamente colectiva, es curativo. 

Volvamos a ‘Somateka’. ¿Qué acogida está teniendo el disco?

–La verdad que no soy muy consciente de la respuesta a esta pregunta. Siento que estoy tan satisfecho con el resultado y, sobre todo, con el proceso de la creación del disco, que mis expectativas no han pasado esa frontera. Pero tampoco creo que quiera. El 'feedback' que me interesaba era el de mis amigas y de la gente que me rodea. Y lo he recibido con muchísimo amor. Con eso me quedo.  

“No me considero un artista polifacético, pero me gusta explorar diversos espacios artísticos e intentar crear desde muchos lugares”

Canta, compone y produce. De hecho, está detrás de la producción artística de cuatro temas del último disco ‘Ultra’ de La Furia. ¿Es un músico polifacético?

–No me considero un artista polifacético, pero me gusta mucho explorar diversos espacios artísticos e intentar crear desde muchos lugares. En el proceso de creación he tenido a mi lado a compañeras como Jon Aguirrezabala (El Tigre Studios), que ha guiado la producción de 'Somateka' y ha aportado todo de él, y Uxue Centeno, que se ha encargado de toda la parte física y estética. En el caso del disco de La Furia, ha sido uno de los regalos más bonitos poder vivir la experiencia; formar parte del proceso creativo en su conjunto y, sobre todo, que sea con ella.

Para terminar, ¿nos puede adelantar sus próximos proyectos y conciertos?

–Ahora quiero cantar y tocar en directo. Mi primer concierto en enero, el día 25, va a ser con Eider en Lekuona Fabrika, en Errenteria. También tendré la oportunidad de tocar con Merina Gris el 29 de marzo en la Jimmy Jazz, que me hace especial ilusión.