Alex González es un joven de Zaldibar que ha descubierto en Goierri mucho más que un nuevo hogar: ha encontrado su rincón soñado. Este vizcaíno de 27 años llegó a esta comarca del interior de Gipuzkoa hace cuatro años, impulsado por el amor. Su pareja, Julen, es de Ordizia, un lugar que Alex, al igual que el resto de la comarca, desconocía por completo. Sin embargo, bastó con poner un pie en Goierri para que quedara fascinado. Sus paisajes, su gente y su estilo de vida lo envolvieron de tal manera que no tardó en sentirse bien. Aquí, además de compartir su vida con Julen, ha construido una nueva realidad que lo llena por completo. “Si algún día, ojalá que nunca suceda, Julen y yo lo dejáramos, tengo claro que me quedaría aquí, en Goierri. Este lugar me ha enamorado”, confiesa.

En Goierri ha encontrado el lugar donde puede mostrarse tal y como es y sentirse completamente cómodo

Alex ha comenzado de cero en Ordizia; una decisión que tomó sin titubear cuando su contrato de trabajo en Zaldibar llegó a su fin. “Solo me sonaba Ordizia por el rugby”, admite. Sin embargo, tras descubrir la comarca durante las visitas con su pareja, decidió que era él quien debía dar el paso y mudarse. Aunque le guarda cariño a su Zaldibar natal, no duda en destacar las diferencias: “Zaldibar es un pueblo muy pequeño, en el que no hay mucha cosa. En cambio, Ordizia tiene de todo. Lo que más me gusta es el comercio y la vida que tiene”. Además, le fascina cómo se vive en euskera en la comarca, un detalle que para él es muy importante: “Una sociedad que vive en euskera es más abierta”.

Alex se define como una persona tímida, pero desde que se ha convertido en un goierritarra más, esa timidez parece haberse desvanecido. En Goierri ha encontrado el lugar donde puede mostrarse tal y como es y sentirse completamente cómodo. “Nunca me he sentido tan yo como desde que mi vida está aquí”, confiesa. Este cambio no solo lo ha liberado, sino que también le ha permitido conectar más profundamente con la gente.

Y es que Alex, además de haberse hecho conocido por trabajar en un bar de la localidad, también lo es por ser el joven que todas las mañanas se sienta en el bar Amonane con un buen café y un mejor libro. “La gente se sorprende, le parece curioso ver a un chico joven leyendo solo en un bar, y por ello muchos se acercan”, cuenta. Este hábito, lejos de ser solitario, le ha abierto las puertas a nuevas conversaciones.

Le divierte el pique entre Ordizia y Beasain, una rivalidad que le recuerda mucho a la que existe entre Zaldibar y Berriz

Vivir en Ordizia, cantar en Beasain

Hace tres años, Alex comenzó a cantar en Loinatz Abesbatza, la coral beasaindarra a la que llegó gracias a la insistencia de un inglés que lleva viviendo en Ordizia desde hace muchos años. Comprendiendo perfectamente el proceso de adaptación de Alex a un nuevo lugar, este hombre le ofreció la oportunidad de unirse a un grupo que, además de permitirle disfrutar de la música que tanto le apasiona, le brindó un espacio para hacer nuevas amistades. Así fue como, poco a poco, empezó a cantar en Beasain, y gracias al coro, ha formado una cuadrilla con la que comparte risas y buenos momentos. “Loinatz Abesbatza es para mí un pilar fundamental en mi vida”, reconoce, destacando lo importante que ha sido este grupo en su proceso de integración y en su bienestar personal.

Cabe destacar que le divierte el pique entre Ordizia y Beasain, una rivalidad que le recuerda mucho a la que existe entre Zaldibar y Berriz. “La vivo constantemente de primera mano, y es que viviendo en Ordizia y cantando en Beasain...”, dice entre risas.

Garin

Pero lo que más le gusta a Alex de Goierri, y lo que también lo ata a esta comarca, es el barrio beasaindarra de Garin. Un lugar que ha descubierto recientemente y en el que, cada vez que va, se sienta en el mismo banco para disfrutar de su belleza. Sueña con vivir allí cuando se jubile, en una casa con terreno donde tener su propia huerta.