Este lunes la zona residencial de Altamira de Arrasate inicia su proceso de rehabilitación. Pasará por el 'quirófano' urbanístico para someterse a una operación de diez meses que intervendrá en toda la calle José Luis Iñarra. Se trata de la primera fase de un proyecto mucho más amplio, que en su conjunto abarca todo este barrio alto. La actuación, que tiene un presupuesto de más de 1,7 millones de euros, está diseñada para hacer más cómodos los desplazamientos en el entramado urbano de Altamira. 

El proyecto, como explica el edil Kepa Urteaga, se ha “trabajado y consensuado” con las y los vecinos, y responde a la apuesta que busca que los barrios “sean más acogedores y accesibles”, insiste el concejal de Obras y Servicios, que junto a la técnico Izaro Agirre, ha desgranado los detalles de la intervención urbanística que arrancará este próximo lunes.

Tramo donde comenzarán las obras, desde el final de la calle Obenerreka, atravesando el antiguo colegio de La Merced. A.D.

Ampliar el ancho de las aceras

En términos generales, se ampliará el acceso peatonal de José Luis Iñarra Pasealekua y, para ello, en algunos tramos del recorrido que bordea el exterior de los bloques de viviendas, abierto el tráfico rodado, se pasará de las dos aceras actuales (en muchos casos demasiado estrechas) a una sola de “mayor anchura y adaptada a todas las personas”, precisa Urteaga. Esta actuación se llevará a cabo desde el final de la calle Obenerreka, atravesando el antiguo colegio de La Merced (se suprimirá la acera del lado del muro), y en la cuesta que comienza a la altura del segundo ascensor de Ferixaleku (en la subida del lado de las casas situadas a mano izquierda). 

También se derribarán dos escaleras junto a los portales 32 y 18, para construir “unas nuevas adaptadas a la normativa”, y se demolerá una tercera en el bloque número 12 por ser accesible por otra vía.

Zona de coexistencia en el cruce de Altamirazpi

El cruce en el que da comienzo la calle Altamirazpi subirá de nivel y se convertirá en una zona de coexistencia, en la que, tal y como apuntan Urteaga y Agirre, “tendrán prioridad los peatones y, así, se conseguirá bajar la velocidad de los coches”. Además, en todo el ámbito de intervención los aparcamientos pasarán a ser en línea.

Esta pendiente hasta la curva del final será el segundo tramo que se sumerja en obras. A.U.

Las obras se aprovecharán para renovar las infraestructuras subterráneas correspondientes a las instalaciones de alumbrado y las conducciones que recogen las aguas pluviales y residuales. “Naturalizar el entorno será otro de los propósitos, creando pequeñas zonas verdes y plantando árboles”, avanza Urteaga.

Tres tramos de obras

Esta primera fase se dividirá en tres tramos: el primero comprende desde Obenerreka hasta el portal 30 de José Luis Iñarra (una vez de pasar el elevador público), y concluirá para “enero”. Después las máquinas se trasladarán a la zona baja, desde el paso de cebra junto a Gernika Pasealekua (ascensor) hasta la curva, y el tercer asalto se desarrollará en el tramo central de la calle (la trasera de las viviendas).

El tercer tramo donde se ejecutará la actuación urbanística, a partir de la curva (en la imagen), por la trasera de las viviendas. A.U.

Cinco fases en total: la primera en esta legislatura

La reurbanización de Altamira se ha proyectado en cinco fases en clave de accesibilidad para un barrio tomado por las pendientes y las escaleras. Solo la primera de ellas, la que se pondrá en marcha este lunes, se abordará en esta legislatura. Para más adelante quedará la remodelación del interior del núcleo residencial del barrio, Altamirazpi (estas viviendas próximas a Monterrón se unirán, a su vez, con el itinerario peatonal del entorno), y la instalación de un ascensor para comunicar la zona más alta de José Luis Iñarra.