Las inundaciones de Valencia trajeron viejos recuerdos a los vecinos de las calles Areizaga, Kalebarren y Soraluze de Urretxu y Zumarraga. Esas tres calles se inundaban con asiduidad, hasta que se hizo la obra del río Urola.

Este año se han cumplido 30 años de la inauguración de la plaza Areizaga-Kalebarren de Urretxu y Zumarraga. Hasta la ejecución de esa obra, los vecinos de la zona temblaban de miedo cada vez que caía un chaparrón: cuando el río venía crecido, los materiales que arrastraba formaban un tapón en el antiguo puente de la plaza Areizaga-Kalebarren, el agua se salía de su cauce e inundaba los bajos. Este fenómeno se repetía cada pocos años y los comerciantes de la zona estaban desesperados. A comienzos de los años 90, por fin, se afrontó la costosa obra.

La familia Urdangarin regenta una ferretería en la calle Soraluze desde hace más de 100 años, por lo que padecieron muchas inundaciones. El difunto Mikel Urdangarin recordaba en un reportaje publicado en NOTICIAS DE GIPUZKOA que las primeras inundaciones que conoció fueron las de 1940. Tenía solo ocho años, pero tuvo que ayudar a sus padres a limpiar la tienda. En su opinión, las riadas más terribles fueron las de 1953: el agua entró tanto por las ventanas situadas sobre el río como por la puerta, alcanzó el metro y medio de altura dentro de la tienda y él estuvo a punto de perder la vida.

Cuando fue a cerrar una ventana notó que algo golpeó su pie, pero no le dio importancia. Siguió intentando salvar el género hasta que notó que se mareaba. Le subieron a la planta de arriba, a su vivienda, y fue entonces cuando se dio cuenta de que le había golpeado un cristal y tenía un gran corte. Afortunadamente, no se desangró ni cayó al agua mareado. El practicante Zoilo Mendizabal vivía al otro lado, pero no pudo cruzar la calle porque estaba inundada.

Aquel día otro vecino estuvo a punto de ser arrastrado por la corriente. Se agarró a un canalón y tuvieron que ir a rescatarle. En aquella ocasión el Urola se desbordó con tal furia que el agua llegó hasta la plaza Euskadi de Zumarraga.

Desgraciadamente, los Urdangarin pueden contar muchas historias relacionadas con las riadas. El agua entraba a su tienda cada cuatro o cinco años. Perdían mucho género cada pocos años. Joseba Urdangarin, el hijo de Mikel, comenta que vivían atemorizados. “Estuvimos a punto de arrojar la toalla, pues así no se podía vivir: cada vez que empezábamos a levantar cabeza, volvía a entrar agua a la tienda. Afortunadamente, al final se acometió la obra que solucionó el problema”.

Grabación de Mariano García

El difunto Mariano García siguió la obra de cerca: vivía en la calle Areizaga de Urretxu, era un apasionado de la fotografía y el vídeo y grabó los trabajos. “Esta grabación es mi obra maestra: estuvieron dos años trabajando y durante aquel tiempo tomé imágenes a diario desde mi casa”, recordaba.

Uno de los artífices de aquella intervención fue José Julián Irizar, por aquel entonces alcalde de Zumarraga. Tras las inundaciones de 1988 decidieron acabar de una vez por todas con el problema y se encontraron con dos dificultades: no bastaba con levantar la plaza y tirar el viejo puente de dos ojos, también había que enderezar y dar más pendiente al cauce del río. Pero para ello había que derribar el matadero, un taller y el edificio que acogía la mítica discoteca Tiffany’s.

Fue una empresa madrileña la adjudicataria, pero esta se declaró en suspensión de pagos y al final los trabajos los realizó Mariezkurrena. “Esto retrasó el inicio de los trabajos y provocó tener que sufrir unas nuevas inundaciones”. La última riada tuvo lugar la víspera de San Juan de 1992.

Imprevistos

Al poco comenzaron los trabajos. “La empresa Mariezkurrena hizo una gran labor. Las escolleras de Alpe d’Huez también son obra de ellos”, comenta el exalcalde de Zumarraga. Como siempre que se afronta una intervención de esta envergadura, los trabajos no estuvieron exentos de imprevistos. Irizar reconoce que aceleró el desmantelamiento del viejo puente en cuanto supo que Patrimonio Histórico se había interesado por él, para que no hubiera más retrasos.

La plaza se inauguró el 17 de junio de 1994. En el acto tomaron parte los alcaldes de los dos municipios: el propio Irizar y el urretxuarra Ramón Arbizu. Después tuvieron lugar una txistorrada, por gentileza de Mariezkurrena, y una verbena.