Los aficionados a la montaña tienen a partir de ahora un nuevo referente en Azpeitia, donde este lunes se ha presentado de manera oficial el Mendietxe Museoa. Se trata de un proyecto de carácter didáctico y divulgativo auspiciado por la asociación sin ánimo de lucro Mendiaren Etxea y liderado por el escalador Alex Txikon. Sus paredes guardan una infinidad de elementos relacionados con la montaña (piolets, botas, trineos, tiendas…) que permiten hacer un recorrido por algunos de los hitos más destacados de la historia del montañismo mundial y vasco.

Localización histórica

Mendietxe Museoa está ubicado en la antigua iglesia de Las Esclavas, un edificio con 105 años de historia asentado a los pies del macizo de Izarraitz. Este incomparable marco ha servido de telón de fondo para un proyecto que empezó a tomar forma hace un año, cuando Txikon implicó en esta aventura a la familia Soraluze, propietaria de la iglesia desde el año 1998.

El montañero de Lemoa y Mikel Soraluze, quien ha actuado como portavoz de la familia en la comparecencia ante los medios de comunicación, han sido los encargados de dar a conocer los motivos que los llevaron a lanzarse en esta aventura, que comenzó a tomar forma hace siete meses con las obras de acondicionamiento del viejo edificio.

“Nos encontramos con una inmensa cantidad de objetos relacionados con la iglesia y las monjas que habitaban en Las Esclavas. Sacamos 27 furgonetas llenas de todo tipo de objetos que fueron a parar al Garbigune. Ha sido un trabajo intenso en el que se han implicado los trabajadores de la empresa de la familia Soraluze y muchos amigos que han hecho posible hacer realidad el proyecto en el plazo de siete meses”, manifestó Txikon en la sala central del museo, donde tuvo lugar la presentación.

Objetos preciados

En el museo se muestran más de 250 piolets de diferentes épocas, la tienda que utilizó Reinhold Messner en su ascensión al Everest en solitario y sin oxígeno; una telecabina de la primera estación de esquí de España; una postal original firmada por Mallory e Irvine, y una página de un suplemento a color del periódico Times con las firmas de Hillary y Tenzing Norgay.

Mikel Soraluze fue el encargado de explicar las razones que han llevado a su familia a implicarse en este ambicioso proyecto. “Txikon llevaba tiempo barajando la idea de aprovechar Las Esclavas para hacer algo. Así fue tomando forma la idea de hacer un museo dedicado a la montaña. El proyecto nos gustó y nos animamos a poner en pie el museo. Se trata de un proyecto que, en cierto modo, tiene algo de legado de nuestra familia para Urola Erdia. Somos de Azkoitia, pero muchos miembros de la familia viven en Azpeitia, y este proyecto es una forma de dejar algo para el futuro en esta comarca”.

Tres salas

Las tres salas que lo componen permiten disfrutar de un recorrido por la historia en la que conviven piezas datadas a finales del siglo XVIII con otras que reflejan lo que es el montañismo en el siglo XXI. Este viaje a lo largo del pasado y el presente se acompaña de elementos que han sido parte de eventos que han dejado huella en el montañismo, tanto por estar vinculados a logros escritos en letras de oro en la historia de las altas cumbres como por los tributos que la montaña cobra en forma de muertes entre quienes se atreven a desafiarla.

La colección es fruto de un arduo trabajo que ha llevado a los promotores de Mendietxe Museoa a pasar infinidad de horas al teléfono y navegando por internet en busca de elementos para el museo, que al final ha superado las expectativas que se marcaron los promotores del proyecto. Derrochando la pasión que caracteriza todo lo que hace, Txikon fue desgranando las particularidades del museo.

La sala principal sorprende por la ingente cantidad de piezas de montaña que alberga. Contiene más de 250 piolets de diferentes épocas, entre los que se incluye uno que perteneció a François Simon. También hay un centenar de mazas, algunas cargadas de historia, como una utilizada por Rabadá y Navarro, dos escaladores vinculados a la historia del Naranjo de Bulnes que fallecieron en el Eiger en 1963.

En cada rincón hay un pedazo de historia: la tienda que utilizó Reinhold Messner en su ascensión al Everest en solitario y sin oxígeno; la chaqueta de montaña con la que José Luis Arrabal pasó doce días atrapado en la pared del Naranjo de Bulnes en una ascensión invernal junto a Gervasio Lastra antes de ser rescatado —aunque, por desgracia, falleció días después en el hospital—; una telecabina de la primera estación de esquí de España; un telesilla de la estación de esquí de Terminillo, inaugurada por Mussolini; equipo de la compañía de montaña del ejército alemán fundada en 1914; la colección completa, a falta de la maza, de la primera serie de piolets fabricados íntegramente en metal, la mochila y la cantimplora que llevaba Beñat Arrue en la trágica ascensión al Pumori en la que falleció junto a otros cuatro compañeros… “También tenemos los esquís, piolets y mazas más antiguos de España, además de tres trineos, entre ellos uno que era utilizado por la nobleza y que data de 1777”, manifestó Txikon. El largo listado incluye auténticas joyas como una postal original firmada por Mallory e Irvine, y una página de un suplemento a color del periódico Times con las firmas de Hillary y Tenzing Norgay.

La sala principal se acompaña de otras dos salas anexas. En una de ellas se puede admirar parte del material que ha utilizado Alex Txikon en diferentes expediciones, así como el que Lagun Onak M.B. ha aportado a la muestra. De hecho, el club de montaña azpeitiarra ha estado muy presente en esta jornada de presentación del Mendietxe Museoa, con el descubrimiento de una placa en recuerdo a los socios de esta entidad fallecidos en la montaña. La tercera sala ofrece un acercamiento a la fauna que Txikon y sus compañeros de expedición se han encontrado en sus andanzas por el mundo. Ese acercamiento se lleva a cabo con una colección de animales disecados por Ramón Garoz, entre los que hay un león, un oso polar, un cocodrilo, un ciervo y un muflón “criados todos ellos en cautividad”, como explicó Txikon.

"Este proyecto es una forma de dejar algo para el futuro de esta comarca"

Mikel Soraluce - Miembro de la familia propietaria de la iglesia

Esa misma sala alberga también un espacio para conocer el proyecto NeverRest Project, una iniciativa encaminada a impulsar la sostenibilidad y minimizar el impacto de las expediciones de montaña en el Himalaya. La sala acoge información sobre el volumen de residuos que genera la acción humana y el impacto ecológico derivado de la infraestructura necesaria para dar abrigo, comida y apoyo a las miles de personas que se reúnen en algunos campamentos base como el del Everest cada día. NeverRest Project se ha marcado como objetivo impulsar un campo base sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Estas medidas incluyen la generalización del uso de sistemas individuales para la depuración de la orina en forma de pequeños recipientes extensibles dotados con filtros para la eliminación de sustancias nocivas (en un día se pueden generar 4,500 litros de orina en el campo base del Everest), como el que se ha mostrado hoy durante la visita, y tiendas de campaña con paneles solares en lugar de sistemas de generación de energía por combustibles fósiles y aceites altamente contaminantes, como los que se utilizan en la actualidad.

Más que un museo

Mendietxe Museoa es un proyecto sustentado por la asociación sin ánimo de lucro Mendiaren Etxea que se ha puesto en marcha gracias a la iniciativa privada y al apoyo de distintas entidades colaboradoras. Ha visto la luz con un objetivo de permanencia y animado por la idea de convertirse en algo más que un museo. Mendietxe Museoa tiene como meta convertirse en un espacio polivalente con capacidad para albergar iniciativas de diversa índole.

Un ejemplo de ello se vivirá en los próximos días con dos sesiones de Trango World. Mañana se podrá ver el audiovisual Fitz Roy, grabado por Javi Guzmán, en una sesión que contará con la participación del propio Txikon, y el día 7 se proyectará otro audiovisual, grabado en esta ocasión por Manu Cordova. Asimismo, ya se trabaja en convertir el museo en una unidad didáctica dirigida a acercar la montaña y su historia a los centros escolares.