El esplendor de la industria textil mahonera durante el último tercio del siglo XIX y la primera mitad del XX fue el motor del potencial económico de Bergara. Décadas después del cierre de las últimas factorías, el recuerdo de la actividad dedicada a producir fibras y tejidos para la confección de ropa sigue latiendo en la historia de la villa. Con sus privilegiadas mentes y habilidosas manos, Felipe Uriarte y Joxe Mari Rubio han dado a luz a siete máquinas a pequeña escala que reproducen a la perfección todo el proceso de la fabricación de telas. Este instrumental es el hilo conductor, y plato fuerte a la vez, de la exposición que hasta el próximo 10 de noviembre 'resucita' el pasado textil de la localidad entre las cuatro paredes de la sala Aroztegi.
El proceso textil en 'versión pequeña'
Ha sido un proyecto de varios años. “Empezamos por el final, por el telar, y después vino todo lo demás”, cuenta Uriarte. Su compañero de batallas explica que a raíz de la muestra 'Mujeres del Algodón' y la charla que impartió en Seminarixoa su autora, la diseñadora andoindarra Fanny Alonso, se le encendió la chispa. “Fue un pequeño empujón para crear el resto de la maquinaría que completa todo el proceso de la producción textil. Las máquinas originales que la Elemental utilizaba para formar a sus alumnos y las de las fábricas no se han conservado, han desaparecido, y con nuestras pequeñas reproducciones hemos querido poner en valor esa parte de nuestra historia que también representa y hace a Bergara”, insiste Rubio.
Sin planos. Valiéndose de su propia experiencia. Rubio ha sido mecánico textil y conoce muy bien todos los entresijos del sector. Uriarte, por su parte, estuvo vinculado al mundo de las telecomunicaciones, y se ha encargado de poner a punto todo el entramado eléctrico: sensores, motores…. Y es que estos dos jubilados, amigos por encima de todo, forman un tándem perfecto que ensambla sus conocimientos con resultados brillantes. La cardadora; el manuar que mejora la mezcla de fibras, las estira y adelgaza; la mechera; la continua; la bobinadora; el urdidor y el telar. Estas son las máquinas que han alumbrado Uriarte y Rubio, invirtiendo infinidad de horas, con mucha paciencia y midiendo todo al detalle. “Es un ejercicio de cálculo, que todas las piezas estén sincronizadas”, matizan al unísono.
La primera vez que muestran a sus 'criaturas'
Es la primera vez que muestran en público a todas sus 'criaturas'. “El telar lo enseñamos en las distintas sesiones con escolares que durante el curso pasan por Laboratorium”, comentan. No en vano, esta pareja de artistas acude siempre a la llamada del museo para hacer gozar a las y los más jóvenes con experimentos eléctricos y mecánicos. Una iniciativa que aplauden, porque consideran que puede contribuir a “si no es a crear afición, por lo menos a despertar cierta inquietud por la materia”.
Comparten un 'hobby' mientras ponen en práctica sus conocimientos de ingeniería. Aerogeneradores, una bomba de ariete, la réplica de un antiguo molino de harina a pequeña escala y la del artificio de Juanelo (máquina hidráulica diseñada en el siglo XVI para subir el agua desde el río Tajo a la ciudad de Toledo), y una reproducción de una locomotora Mikado 141R a escala 1:11, una máquina muy popular construida en Estados Unidos poco antes de la Segunda Guerra Mundial, son algunas de las geniales creaciones que llevan la firma 'Rubiuri' (la unión de los dos apellidos de sus autores). Todas ellas han visto la luz en el taller de la calle Koldo Elizalde, donde dan rienda suelta a su ingenio y destreza.
Este local ha sido testigo, asimismo, del trabajo que han realizado para revivir, de algún modo, el proceso de la producción textil que sirve de hilo conductor en la exposición que acaba de abrir sus puertas en el marco de las Jornadas de Ciencia, Innovación y Tecnología (ZTB). Una muestra que, según Uriarte, se mueve entre “la nostalgia” que puede despertar en las personas que conocieron el pasado textil de la villa, y la labor de divulgación entre las nuevas generaciones “de esta parte de nuestra historia”.
El 'Azul de Vergara'
Durante casi dos siglos la industrial textil fue uno de los motores económicos y sociales de Bergara. Lasagabaster, Narvaiza, Movilla, Otazua, Oregui y Algodonera son algunas empresas del sector que existieron en la localidad, con el 'Azul de Vergara', el característico color mahón, marcando la nota distintiva. Con la industrialización de la posguerra en este municipio guipuzcoano llegó a producirse el 90% del tejido para ropa de trabajo que se fabricaba en el Estado, contando hacia 1970 con 16 fábricas que ocupaban a unos 2.000 trabajadores, en gran parte mujeres.
Fotografías, libros de actas, vídeo...
La exposición se completa con paneles que contienen fotografías antiguas de alumnos en la Elemental y de las diferentes factorías, que se conservan en el archivo municipal, además de catálogos, libros de actas, instrumental como torsiómetros y devanadoras, material original de la Algodonera de San Antonio y cedido por Evlox, la sucesora de Tavex, la histórica del denim. El recorrido por la sala de la calle Barrenkale, repleto de curiosidades, se adereza con la proyección de un vídeo que protagonizan Uriarte y Rubio. En definitiva, una historia, la de la villa mahonera, que también se escribe en tinta azul.