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"¡A ver quién come la sopa de pulpo con la receta original, usando el mismo agua que suelta al cocerlo!"

Ibon Uranga (Zumaia, 1963), creó en 2004 el primer Olarro Eguna de Zumaia junto a sus amigos Elustondo, Narru y Oliden y, tras dos décadas, se despide de la organización

"¡A ver quién come la sopa de pulpo con la receta original, usando el mismo agua que suelta al cocerlo!"Pedro Amundarain

Ibon Uranga es uno de los creadores del Olarro Eguna de Zumaia, tras dos décadas de dedicación, se despide de la organización del evento. A pesar de su retiro, asegura que la fiesta seguirá viva, adaptándose al futuro.  

Es uno de los creadores del Olarro Eguna de Zumaia. 

Sí, lo ideamos entre cuatro: Joxe Mari Elustondo, Agustin Narru, Inaxio Oliden y yo. Ahora sólo sigo yo, aunque Elustondo nos ayuda mucho, porque trabaja para la brigada municipal.

¿Cómo surgió la idea? 

Fue en 2003. Hubo un mercado medieval en Zumaia y nos dieron la opción de poner un puesto. Lo cogimos los cuatro que he comentado. Alquilamos unos trajes de franciscanos y allí hicimos todo el show. Después, nos fuimos a cenar a Iraeta. Allí salió la conversación de que la fiesta del mercado medieval se hacía en todos los pueblos y en todos los sitios era igual. A raíz de esa reflexión salió el tema del Día del Pulpo. Somos de Zumaia y el pulpo nos representa, como a Orio el besugo, a Getaria la anchoa o a Mutriku el verdel. Presentamos el proyecto al Ayuntamiento y nos lo aceptaron.

Y después, ¿cómo se organizó el primer Olarro Eguna?

No teníamos ni idea de cómo se hacían estas cosas (ríe). En esa época, recuerdo buscar en las Páginas Amarillas cinco empresas que vendieran pulpo. Teníamos un problema, yo trabajaba en Llanes de profesor, y me lo tenían que mandar allí. Me lo mandaron, y allí, con mis compañeros y con mis alumnos, cocimos el pulpo, hicimos las brochetas y las empanadas. Después, vine a Zumaia desde Llanes con todo el género para celebrar el primer Olarro Eguna.  

Ahora hay muchas txosnas repartidas por Zumaia vendiendo brochetas, caldo... 

Sí, pero el primer año que se celebró, en 2004, teníamos sólo un puesto, en la mitad de la calle Erribera. Hicimos la comida para unas 200 personas y por la tarde vendimmos brochetas y empanadas. Ahora, en cambio, hay ocho grupos (asociaciones locales culturales, deportivas...) que ponen distintos puestos por el pueblo y nosotros nos organizamos de cocinar para la comida popular, que ahora vienen unas 600 personas.

¿Lo hace todo solo?

Me ayudan tres de Llanes, de Valencia, tres de Leioa, uno de Madrid, otro de Donostia... Todos somos profesores de cocina y llevamos desde el principio haciendo esto. Aun así, este será el último año en el que lo hagamos. 

¿Y eso? ¿Peligra el Olarro Eguna? 

Para nada, si eso se cambiará el formato, pero la esencia, diría yo que seguirá siendo la misma. Llevo veinte años trabajando para que salga este día adelante y creo que ya va siendo hora de dejarlo. Además, creo que todo el mundo sabe ya lo que hay que hacer para que salga adelante.

¿Qué recuerdo le queda de aquellas primeras ediciones?

Bonito, pero menos mal que no pasó nada. Lo que he contado de Llanes, quizás hoy en día no se podría hacer. Cuando empezó a coger volumen este día decidimos hacerlo todo aquí.

¿Nunca ha habido ningún problema serio?  

Un año el pulpo estaba malo, el que tenían para las brochetas. Olía muy mal, un hedor impresionante. Los vendedores se dieron cuenta y lo retiraron sin vender nada. Ese día Zumaia olía fatal (ríe). 

La sopa de pulpo huele muy fuerte.

Sí. He trabajado muchos años siendo profesor de cocina en Leioa y cuando hemos hecho la sopa, muchos alumnos se han ido de clase por el olor (ríe). En la sociedad, cuando hacemos la sopa, también queda un olor... Yo suelo rebajar la intensidad para la comida popular porque el objetivo es llegar a la gente. Haciendo la receta tradicional, usando el mismo agua que suelta el pulpo al cocerlo, a ver quién come eso de primeras. Hay que hacerlo comestible para todos.  

Le acaban de homenajear en el festival de cesta... Además jugaba su hijo mayor (Unai Uranga).

Por eso no quería decir que lo dejaba (ríe). Yo no quería homenajes. El año pasado, cuando acabó el Día del Pulpo, comuniqué al Ayuntamiento que este año yo no estaría. Lo hice aposta para que no me organizaran nada, pero al final este año he decidido cocinar y me han montado este homenaje. Es bonito porque ha coincidido que juega mi hijo. Igualmente iba ir a ver el partido.

¿Qué hará el año que viene el Día del Pulpo?

Era hora de dejarlo, pero echaré mucho de menos a mis amigos. Al final llevamos veinte años preparándolo y quieras o no, se va a notar, aunque ya habrá otro día para quedar con ellos. Disfrutaré del día, por primera vez, como zumaiarra y lo que más me gustaría es participar con Elustondo, Narru y Oliden en las regatas de las cuadrillas, ese evento me encanta.