Jon Andoni Martín, más conocido en Azkoitia como Pegote, ha protagonizado un particular viaje en el mundo de la fotografía que la ha llevado de la imagen digital a recuperar una técnica fotográfica prácticamente olvidada como es la del colodión húmedo. Sus orígenes nos trasladan a los albores de la fotografía, en concreto a mediados del siglo XIX, cuando los fotógrafos de aquel tiempo comenzaron a captar imágenes emulsionando placas de vidrio (ambrotipo) o de aluminio (ferrotipo) con diferentes sustancias químicas como el sulfato de hierro y el nitrato de plata. Se trata de proceso lento, con una sucesión de etapas no exentas de complejidad y el uso de una panoplia de material y productos químicos que convierten la obtención de cada imagen en un auténtico desafío. Es una forma de fotografiar que tiene poco que ver con la fotografía digital, pero quizá sea esa complejidad la que la hace especialmente atractiva para fotógrafos como Jon Andoni Martín 

Los inicios del fotógrafo azkoitiarra están vinculados a las cámaras de fotos analógicas, con sus ya casi olvidados carretes y las largas sesiones de revelado en el laboratorio para pasar las imágenes de los negativos al papel. La revolución que supuso la fotografía digital tuvo en Jon Andoni Martín a uno de sus más fieles seguidores. Esa etapa digital estuvo marcada por infinidad de horas dedicadas tanto a fotografiar como a tratar las imágenes en el ordenador y se prolongó hasta que hace diez años el daguerrotipo y el colodión húmedo se cruzaron en su camino y le abrieron la puerta a una nueva forma de fotografiar “Tras dejar atrás la fotografía analógica me impliqué en la fotografía digital como si no hubiera un mañana. Fotografiaba por la mañana, descargaba las fotos por la tarde y luego las editaba por la noche. Llegó un punto en el que me cansé de la fotografía, pero un día vi un reportaje sobre la solarigrafía, una técnica fotográfica de larga exposición, y me picó la curiosidad”.

Aquella curiosidad le llevo a investigar por procesos de fotografía antiguos y así llegó al daguerrotipo y al colodión húmedo y, con ellos, al inicio de una nueva etapa como fotógrafo para Jon Andoni Martín “Son técnicas muy complejas, pero ver cómo va tomando forma la imagen después de todo el proceso me produce una satisfacción que ya no me ofrecía la fotografía digital. Hoy es el día que no sé ni donde tengo la cámara”.

Las claves de esta técnica son unas placas de vidrio o de aluminio sometidas a una serie de procesos químicos en los que participan diferentes sustancias. Entre las sustancias utilizadas está el colodión húmedo con el que se cubre el vidrio y que el propio Jon Andoni Martín prepara en su estudio mezclando las cantidades justas de nitrocelulosa, alcohol y éter. En el relato del largo proceso que desemboca en el revelado y el fijado de la imagen surgen otros nombres de la boca del fotógrafo azkoitiarra, como sales de yoduro, bromuro, nitrato de plata, sulfato ferroso, sulfito de sosa y hasta el cianuro, que dan muestra de la complejidad de esta técnica. A todo ello se le suman precauciones como la atención al tiempo de exposición y a la temperatura ambiente para que no se seque el colodión y el cuidado para que la placa de vidrio emulsionada no se vea afectada por la luz antes de la obtención de la fotografía que añaden más dificultades al proceso, sobre todo cuando hace fotografías en el exterior. En esos casos, Martín necesita la logística de un expedicionario. ”Los retratos en el estudio están más controlados, pero cuando quiero fotografiar paisajes me desplazo como los fotógrafos de hace 180 años. Necesito una furgoneta para llevar la cámara de gran formato, las placas de vidrio, los recipientes de los productos químicos y el agua y la estructura que utilizo como cuarto oscuro para proteger las placas de la luz” .

Aquellos que quieran conocer mejor las particularidades de las técnicas de colodión húmedo y el daguerrotipo pueden hacerlo en la exposición de los trabajos de Jon Andoni Martín que el colectivo fotográfico Ongarri ha montado en la Casa de Cultura de Elgoibar. La exposición, que permanecerá abierta hasta el 21 de septiembre, alberga desde pequeños daguerrotipos de 24x36 milímetros a ambrotipos y ferrotipos que en sus formatos de mayor tamaño alcanzan los 60x70 centímetros. 

La exposición se acompañó de una muestra en vivo de este proceso creativo que se saldó con un gran éxito de publico. Muchos elgoibartarras se acercaron al estudio al aire libre instalado en Aita Agirre para hacerse con una fotografía sobre vidrio similar a las que pudieron hacerse sus antepasados hace más de un siglo.