Inma Tobar: la sonrisa de la farmacia de la plaza de Zumarraga
Ha trabajado 50 años, primero con Elena Arbulu y después con Francisco Roldán
La zumarragarraInma Tobar se ha jubilado después de 50 años trabajando en la farmacia de la plaza de Zumarraga, primero con Elena Arbulu y después con Francisco Roldán. Tobar es muy querida por los zumarragarras y urretxuarrasy está recibiendo las muestras de cariño de muchísimos vecinos.
Arbulu
Tenía solo quince años cuando comenzó a trabajar en la farmacia de Arbulu. “Estaba estudiando con las monjas, para trabajar de administrativa. La directora era Mertxe Berasategi. Elena acudió a ella y le pidió una chica para la farmacia. Berasategime eligió a mí. A mis padres les pareció que era una niña, pero teníamos de vecino al doctor Terradillos y lo consultamos con él. Me recomendó probar”.
Cuaderno
Cuando empezó, no sabía ni dónde entraba. “Yo era una niña con dos coletas. Entré en el puesto de Nuri Okariz y Elena fue mi maestra. Al principio era una pinche. Traía y llevaba lo que me pedían. Antes el oficio era más difícil. Había que apuntar todo a mano, con un bolígrafo, en un cuaderno. Y colocarlo todo en unas estanterías, en orden alfabético. Después de un año, pasé al mostrador. Leer las recetas era muy difícil.
Zumarraga: adin ezberdinekoen arteko loturak sortzen
La famosa letra de los médicos… ¡Bien que aprendí a leerla! Gracias a Dios, no cometí ningún error. Al principio no había hospital todavía y venían todos del ambulatorio. Según la especialidad del doctor, sabías qué medicamento podía ser. Los clientes también nos ayudaban, diciéndonos por qué habían ido al médico”.
Droguería y perfumería
En aquellos tiempos, todo era muy distinto. “Elena era esposa de Luis Arzelus. Luis era veterinario y a la farmacia iba gente con perros. Les ponía las vacunas allí mismo. Elena tenía también una droguería y una perfumería. Trabajábamos Marisabel Beristain, María Luisa Segura, Mertxe Zubieta, Cristina Cid y yo. Cid es la madre de Maria Uberretxena (consejera de Gobernanza, Administración Digital y Autogobierno y portavoz del Gobierno Vasco). Aprendí muchísimo. La farmacia ha sido mi universidad. Elena fue mi maestra. Estuve con ella desde los 15 hasta los 29 años. Me enseñó mucho: a saber estar, a hablar con la gente, el trabajo…”.
50 años
El oficio ha cambiado mucho estos últimos 50 años. “Me tocó aprender. Cuando llegaron los ordenadores, tenía claro que iba a aprender a utilizarlos. Con la ayuda de Paco y del resto de los compañeros, lo conseguí. Los ordenadores han facilitado el trabajo”.
Ha tenido muchos compañeros de trabajo. Además de las mencionadas, Ikuska Rodríguez, Ixiar Alberdi, Juanjo Roldán, Nerea Estévez… Se muestra muy agradecida con todos los compañeros y clientes. “Es un trabajo muy agradecido. Sobre todo, por el trato con la gente. Soy muy abierta y siempre he llevado una sonrisa a la farmacia. Y palabras de cariño, besos, abrazos y risas para quien lo necesitara. Cuando me enfadaba, les decía a mis compañeros que me había enfadado y me decían que no aguantaría ni un minuto enfadada.
Momentos vividos
Eso es lo que me llevo: toda esa gente que me quiere, pregunta por mí en la farmacia, me paran por la calle, me han dado ánimos cuando he vivido malos momentos… Son amigos, más que clientes. Este jueves, una clienta me ha recordado que la primera vez que entró a la farmacia había una niña con coletas a quien estaban enseñandoel oficio. Me agradeció lo que he hecho por ellos. No he tenido ocasión de hablar con todos y agradezco a todos lo que me han querido”.
Ha trabajado muy a gusto, pero ha llegado la hora de descansar. “Le digo a Javi, mi marido, que le mandaré a la cola del Imserso a coger viajes. Jon, nuestro hijo, nos anima a disfrutar de la vida. Es fantástico. Un hijo maravilloso. Ha estado siempre con nosotros. Me ha tocado sufrir (perdió a su hijo Joseba) y Jon me dice que tengo que vivir. Solo pido tener salud”.