“Para que una persona que ha sufrido una parada cardiorrespiratoria pueda salir con vida es imprescindible que sea atendida con rapidez. Los datos indican que hay que asistirla antes de que transcurran seis minutos. Sin embargo, en la CAV, según el informe de 2018, una ambulancia tarda una media de once minutos en llegar a la víctima. Así que este servicio puede salvar muchas vidas; es un paso más en el fortalecimiento del ecosistema sanitario que queremos establecer”, destacó ayer la alcaldesa, Maider Morras, en la presentación de los 17 desfibriladores que, distribuidos por la zona centro y los barrios –al menos uno en cada uno–, convertirán a Arrasate en una localidad cardioprotegida.

Estos equipos, que terminarán de colocarse a finales de este mes, se alojarán en cuatro tótem de color naranja y en las paredes de edificios. A diferencia de los que ya existen en el interior de distintas instalaciones públicas, al estar en la calle los nuevos desfibriladores darán servicio “las 24 horas del día”, recalcó Oxel Etxebarria, director general de Bexen Cardio, la empresa con la que el Consistorio ha impulsado este proyecto.

formación

Se incluye, además, la creación de “una red de rescatadores”, que formará a 200 personas voluntarias en el uso de estos equipos y en técnicas de reanimación para que puedan actuar correctamente ante cualquier emergencia cardíaca. De este modo, en junio se organizarán 20 sesiones gratuitas de tres horas cada una, en las que también se realizarán prácticas virtuales. Los integrantes de la citada red tendrán acceso, a su vez, a la aplicación Reanibex Alert que enviará a los móviles las alertas del suceso, su coordinación y el punto geográfico concreto .

Los desfibriladores se ubicarán junto a la iglesia de San Francisco; detrás de la plaza Euskal Herria; Musakola (Antso Abarka); Santa Teresa; Makatzena; Altamira; Gorostiza (entre las calles Etxeazpia y Larragain); Erguin; Uribarri; Arimazubi; San Andrés (Etxaluze); Kataide (bidegorri); Gesalibar; Meatzerreka; Garagartza; Udala y Bedoña.