Peter Chiopsa nació en Zomba, Malawi. Estudió Teología y a finales de 2020 vino a Euskadi. Se ha integrado perfectamente. En la actualidad ejerce de coadjutor en las parroquias de Ezkio, Legazpi, Urretxu y Zumarraga, juega a fútbol con unos veteranos del Urola y está aprendiendo euskera de la mano de la zumarragarra Mari Carmen Viedma.

Chiopsa nació el 19 de septiembre de 1992, en Malawi. “Es un país del sur de África. Al norte tenemos a Tanzania y al sur a Sudáfrica. A los lados tenemos a Mozambique y Zambia. Malawi fue colonia inglesa y Zomba, la ciudad en la que nací, fue la capital de la colonia”, explica.

El protagonista de este reportaje, tras hacer los estudios básicos, fue al seminario. Estudió Filosofía y Teología y en el año 2019 se ordenó sacerdote. “Mi familia es muy religiosa. Mis abuelos eran muy religiosos y mi madre también lo es. Mi padre murió en el año 1996, cuando yo todavía era un niño”, recuerda.

Él no tenía vocación. “Fue mi abuelo quien me animó a ir al seminario”. Tras ordenarse, en 2020, en plena pandemia, vino a Euskadi. “Llegué en noviembre de 2020. Mi primer destino fue Eibar. Estuve 10 meses allí. Después me trasladaron a Itsasondo y, finalmente, vine a Urretxu y Zumarraga. Soy coadjutor en Ezkio, Legazpi, Urretxu y Zumarraga, pero trabajo sobre todo en Urretxu”, comenta.

En plena pandemia

Aunque el haber llegado en plena pandemia dificultó su integración, se encuentra ya plenamente integrado. “Cuando llegué, todo estaba cerrado y la gente no se relacionaba mucho. Fue una experiencia bastante dura. Además, contraje el covid. Afortunadamente, la situación ha mejorado y vivimos ya con total normalidad. La gente es muy simpática y vivo muy a gusto aquí”, indica.

Le alegra ver que en Euskadi la gente se relaciona con personas de todas las edades, cosa que en Malawi no es tan habitual. “Aquí es más fácil relacionarse con la gente. Allí tenemos mucho respeto a los jóvenes y a los mayores”, comenta el joven sacerdote.

La religión también se vive de forma distinta. “La Iglesia de África es joven. La fe está creciendo. La gente es religiosa y las iglesias se llenan. Aquí sucede todo lo contrario”.

Su cometido es oficiar misa en los mencionados pueblos, atender a los enfermos... Para ello, ha tenido que aprender castellano y euskera. “Cuando vine, como todo estaba cerrado, aprendí a hablar en castellano vía online. También estoy aprendiendo a hablar en euskera. Mari Carmen Viedma viene a la casa parroquial a darme clases de euskera. Cada vez me defiendo mejor”.

Aficionado al deporte

También se defiende en los campos de fútbol. “Me gusta mucho el fútbol. Es otra faceta de mi vida. Me gusta mucho el deporte. He jugado también al tenis y al baloncesto, pero el deporte que más me gusta es el fútbol. Fui el capitán del equipo del seminario. Soy centrocampista. Antes jugaba en la banda, pero tuve una operación y ahora juego en el medio. Cada jueves juego a fútbol en Argixao, con algunos veteranos del Urola. Entreno con ellos, pero no puedo jugar partidos, pues suelen ser los fines de semana. Solo he podido jugar dos partidos”, comenta.

Su equipo de fútbol favorito es el Eibar. “En Malawi vemos sobre todo la Premier League, pero seguimos también la liga española. Me gustaba mucho el Eibar, por su juego y porque es un club humilde. ¡Y el primer lugar que conocí cuando vine aquí fue Eibar! También me gusta la Real y suelo ir a Anoeta. El jugador que más me gusta es Brais”.

Otra de sus aficiones es pasear. “Me gusta ir al bidegorri y escuchar música. Escucho R&B”.

Vuelta a Malawi

Está muy a gusto en Euskadi, pero vino para cuatro años y el plazo finaliza este otoño: "Mi obispo vino para siete años. Es carmelita y conoce a algunos sacerdotes de aquí. Así, el obispo de aquí me invitó a venir. Este es mi último año aquí. Si no surge otra oportunidad, volveré a Malawi”.

En su país están viviendo una situación dura. “En Malawi mucha gente vive del campo y el año pasado hubo inundaciones y este año están sufriendo una sequía. Allí hay muy pocas fábricas. La mayoría son campesinos y una mala cosecha hace mucho daño. Están siendo años tristes, también para mí, pues algunos de los que están sufriendo esta situación son familiares míos. Afortunadamente, no hemos padecido ninguna guerra. En África, algunos países están haciéndolo muy bien (Tanzania, Namibia, Botswana, Sudáfrica...) y otros como Congo o Sudán están siempre en guerra”, concluye Chiopsa.