irun – Ubicado en el Parque Comercial Mendibil de Irun, el mercado municipal abrió sus puertas en el año 2000. En aquel entonces, los 38 puestos que lo conforman se encontraban ocupados y, según recuerdan algunos asentadores que todavía permanecen en el lugar, el mercado funcionaba muy bien. “Se trabajaba mucho”, cuentan, “la clientela era asidua, y habitual y siempre había movimiento”. El cambio en los hábitos de consumo y en las necesidades de compra, así como la aparición de grandes superficies que suponen una competencia feroz, y la falta de relevo generacional en los puestos han llevado al mercado a una preocupante situación. Si, según un informe de Bidasoa Activa, a finales de 2016 eran cuatro los puestos que habían cerrado, en la actualidad apenas subsisten la mitad. Txaro Arribas, presidenta de Mercairun, la entidad que gestiona el mercado municipal, y responsable de uno de los puestos, explica que los comercios que siguen en funcionamiento trabajan “muy bien” gracias a contar con una clientela fiel.

No obstante, Arribas se muestra realista y asegura que el mercado no puede mantenerse ajeno a los cambios que se están produciendo en la sociedad. “Es muy difícil que un lugar con tantos puestos cerrados funcione, porque no es atractivo y la gente no viene por aquí si no es a por algo concreto”, dice.

UN NUEVO MODELO DE MERCADO

Con todo, tanto desde Mercairun como desde el Ayuntamiento coinciden al señalar que el modelo de gestión del mercado establecido hace 24 años se ha agotado. Por este motivo, el Pleno de la Corporación aprobó la semana pasada por unanimidad la resolución anticipada del contrato para la gestión y explotación del servicio público del mercado municipal. De esta manera, no solo se ha liberado de cargas a los asentadores que continúan en la actualidad, sino que también se ha abierto un plazo de transición de tres años, tiempo en el que deberá definirse un nuevo proyecto de mercado que conecte con la realidad actual y con las nuevas tendencias de consumo.

Para ello, el Ayuntamiento ha solicitado un estudio a una empresa que ha trabajado en la mayor parte de transformaciones de mercados de abasto del norte de España. Con el fin de elaborar ese informe, la entidad se encuentra actualmente efectuando un análisis para conocer la situación comercial de la ciudad, con sus puntos débiles y fuertes. También está manteniendo entrevistas personales con los actuales asentadores y llevando a cabo una prospección para determinar qué perfil de personas o empresas podrían estar interesadas en ciertos nuevos modelos de mercado. Las conclusiones obtenidas constituirán el punto de partida para el proyecto que elaborará el Ayuntamiento.

De cara a realizar esa propuesta, Miguel Ángel Páez, delegado de Economía y Hacienda, señala que uno de los retos es volver a captar al cliente de Iparralde y Navarra. Para ello, considera necesario que los puestos de venta, que deberían disminuir en número, confluyan con una oferta de experiencias gastronómicas, tal como sucede en otras ciudades como Donostia, Madrid o Barcelona.

Por su parte, Arribas no ve viable este tipo de modelo en una ciudad “que no es turística”, y apuesta por otros que den respuesta a las necesidades de los consumidores. Por ejemplo, otorga mucha importancia a la venta online y a un servicio de entrega a domicilio, a repensar el horario de apertura, a ofrecer productos especializados y únicos y también otros de cercanía, puesto que considera que entre los jóvenes existe una preocupación cada vez mayor por un consumo de KM0. “Igual que hay gente que cada vez compra más cosas por Internet, creo que hay una corriente importante de personas que quieren apoyar el comercio local y consumir productos de proximidad”, explica

En cuanto a la ubicación del actual mercado, Arribas se muestra convencida de que resulta necesario un cambio. “El mercado, además de ser un punto de venta, tiene que ser un motor para la ciudad, un espacio donde haya algo más de vida, de relación entre las personas”, cuenta. Para ello, considera imprescindible que la ubicación sea exterior. “Este sótano no es atractivo”, zanja.

Por su parte, Páez defiende que el mercado se encuentra en la actualidad en un espacio “idóneo, en el centro de la ciudad, con un parking y conectado con un parque comercial”. Además, asegura que en el centro de la ciudad no existen otros enclaves disponibles. “Se podrían barajar otros espacios, pero actualmente no son una opción, por lo que los tiempos podrían ralentizarse”.

Con relación a los plazos, Páez señala que la previsión es que el nuevo modelo se presente a lo largo de este 2024. El siguiente paso será acordarlo con el resto de fuerzas políticas e intentar “llegar a mayorías, tanto dentro del Ayuntamiento como fuera, con el sector y con los asentadores”. A partir de ahí, todo dependerá de las obras que deban realizarse, pero Páez asegura que le gustaría poder concluir el proyecto en los próximos tres años, para que los asentadores no deban cesar su actividad económica.