La alcaldesa de Errenteria, Aizpea Otaegi, el concejal de Transportes, Bernar Lemos, y la concejala de Medio Ambiente, Yolanda Martín, comparecieron ayer para valorar diversos temas relacionados con el transporte público. Según la alcaldesa, “el transporte público es un espacio estratégico para promover una movilidad más sostenible y mejorar la accesibilidad”.
En este sentido destacaron que en el año 2023, el servicio Urbanoa obtuvo los mejores datos hasta la fecha. El número de viajeros aumentó un 19% respecto al año anterior y superó los datos de prepandemia. Concretamente, hubo un 5% más de pasajeros que en 2019. Así, Urbanoa superó por primera vez los 775.000 viajes.
Según el Gobierno municipal, hay dos razones que explican esta mejora. Por un lado, la aplicación del descuento del 50% en el precio de los viajes y, por otro, la apuesta municipal por la mejora y consolidación de las líneas a partir de mayo del año pasado.
A la vista de los resultados, este 2024 van a seguir vigentes estas dos medidas. Para ello, este año el Ayuntamiento de Errenteria destinará 870.000 euros al transporte público para seguir impulsando la movilidad sostenible.
Lurraldebus
Sin embargo mostraron su preocupación ante algunos recortes que se avecinan una vez que se adjudique el servicio de Lurraldebus de Oarsoaldea y Bidasoa.
Según aseguraron, la Diputación Foral de Gipuzkoa prevé suprimir la línea E15, que une el barrio de Beraun con el hospital de Donostia, así como las líneas E20 y E26 que unen Errenteria con Hondarribia e Irun. Con esta modificación, Errenteria se quedaría sin conexión con el Hospital Comarcal de Bidasoa.
Según el nuevo proyecto, los ciudadanos que quieran ir a Hondarribia o Irun deberán coger la línea E27, lo que supondría prolongar el tiempo de viaje entre Errenteria y Hondarribia. Además, en esta línea se reducirá la frecuencia los fines de semana, pasando de los 30 minutos matinales y los 20 minutos vespertinos a los 60 minutos.
Asimismo, en el caso de la línea E05 que une el barrio de Beraun con Donostia, las frecuencias también disminuirán.
Ante esta situación, el Gobierno municipal ha pedido a la Diputación Foral de Gipuzkoa que revise el proyecto para que no afecte a la calidad del transporte público.