Amaia Garro: “En este primer año Aequus Ensemble ha crecido tanto en repertorio como en número de integrantes”
Oñati – El violín empezó a sonar en las manos de la arrasatearra Amaia Garro cuando era una niña. Recuerda, mientras dibuja una sonrisa en su rostro, que en el idilio que mantiene con este instrumento de cuerda frotada tuvieron mucho que ver su aita y su ama, que fueron los que le pusieron en el camino de la música, que con el tiempo convirtió en su profesión. Profesora de Arrasate Musikal, compagina la labor docente con la interpretativa: toca en la orquesta de la citada escuela y en Aequus Ensemble, el miembro más joven de la familia oñatiarra de Ganbara Faktoria.
El ciclo Musikegunak que promueve el Ayuntamiento de Oñati se cierra hoy con el protagonismo de Aequus Ensemble –el concierto tendrá lugar en la parroquia a las 19.00 horas, con un precio de entrada de seis euros–. ¿De qué va a poder disfrutar el público?
–Hasta la fecha hemos abordado repertorios exclusivamente para cuerda, así que es la primera vez que Aequus Ensemble presenta un programa sinfónico, en este caso romántico, muy conocido y de gran exigencia técnica. Abriremos el concierto con la Sinfonía Incompleta de Schubert, llamada así por contar con dos únicos movimientos. Es una partitura de gran emotividad donde destacan los solos del viento madera. A continuación interpretaremos la obertura Las Hébridas (La Gruta Fingal) de Mendelssohn, una pieza que nos transporta a la costa escocesa, donde el compositor alemán nos hace escuchar el oleaje del mar en calma e, incluso, una tormenta. Para finalizar, el plato fuerte será Beethoven y su Sinfonía número uno en Do mayor, cuya exigencia técnica pone a prueba a la formación.
El año pasado Ganbara Faktoria incorporaba a su familia vocal esta agrupación instrumental. ¿Cómo se fraguó el proyecto?
–Aequus Ensemble es fruto de las innumerables colaboraciones que se han hecho con diferentes grupos vocales, principalmente de Oñati, todos ellos bajo la dirección de Aitor Biain Bidarte. Surgió, de esta manera, la idea de dar estabilidad a una formación donde la mayoría de sus componentes ya nos conocíamos, haciendo de Oñati el punto de encuentro, y así poder impulsar los instrumentos de cuerda. Ha sido un lujo haber nacido bajo el paraguas de Ganbara Faktoria, su trayectoria y experiencia musical ha contribuido a poner en marcha la iniciativa y a dignificar nuestro trabajo instrumental. Estamos muy agradecidas y agradecidos de la ayuda que nos han brindado en Oñati, y de algún modo queremos recompensar este apoyo estrenando programas ante el público oñatiarra, y ofreciendo conciertos pedagógicos para crear cantera, siguiendo el ejemplo que desde hace tiempo lleva haciendo Ganbara Faktoria con los grupos vocales.
La formación echó a andar con la mirada puesta en transformarse en una orquesta sinfónica. ¿Se está cumpliendo este objetivo?
–Está siendo muy ilusionante la trayectoria que llevamos. Empezamos nuestra andadura hace un año y lo cierto es que hemos crecido tanto en repertorio como en número de integrantes. Después de dos programas solo con cuerda, el trabajar un repertorio sinfónico (de cara al recital de esta tarde) de tanto nivel, con autores de la talla de Schubert, Mendelssohn y Beethoven nos permite afirmar que se están cumpliendo los objetivos marcados. Nuestro primer propósito es dar a conocer la música clásica a través de intérpretes del entorno, haciéndola más cercana. Que Oñati compruebe que puede contar con una formación de nivel y estable, que puede tocar un repertorio profesional. Se trata de hacer ver que existe la posibilidad de hacer música, escucharla y disfrutarla sin salir de casa; que hay cantera y público. En cuanto al equipo humano, cabe destacar que se están incorporando músicos muy jóvenes, que tienen 15 años, que son de Oñati y de otros municipios de Debagoiena, además de Errenteria, Gasteiz y Tolosa. En estos momentos somos una orquesta conformada por 55 integrantes.
Y a corto plazo, ¿qué otros retos tiene Aequus Ensemble?
–Queremos hacer pedagogía y acercar a las y los más txikis a instrumentos como el violín, la viola, el violoncelo o el contrabajo. Dentro de este objetivo, el pasado curso ya organizamos un concierto pedagógico en Santa Ana antzokia, donde los padres y niños pudieron no solamente escuchar música muy reconocible para todos ellos, sino también experimentar cómo es tocar un instrumento de cuerda. Este curso tenemos pensado repetir la experiencia con obras tan conocidas como Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi. Por otro lado, quisiera aprovechar esta ocasión para animar a músicos de escuelas y conservatorios a que se acerquen a nosotros. Pueden seguirnos a través de la página web de Ganbara Faktoria o en las redes sociales de Facebook e Instagram, donde se va actualizando toda la información que vamos generando. Ensayamos en Oñati, habitualmente una vez al mes los sábados por la mañana, y puntualmente todo el día, dependiendo de los compromisos a los que tenemos que hacer frente.
¿Qué conciertos o proyectos tienen en la agenda?
–Junto con el citado recital pedagógico, que será en marzo del próximo año, tenemos previstos otros dos conciertos con el mismo repertorio sinfónico que hemos preparado para el ciclo Musikegunak. Además, estrenaremos un nuevo programa Ad Nauseam, y seguiremos con nuestras habituales colaboraciones con los distintos grupos de Ganbara Faktoria.
En el plano personal, ¿cómo llegó la música a su vida?
–Mi padre y mi madre trabajaron durante 37 años en Arrasate Musikal y ellos decidieron iniciarme en el mundo de la música. Que empezara con un instrumento de cuerda como el violín fue gracias al aita y a contar con una orquesta en Arrasate, con Juan Arzamendi como director y Albina Madinabeitia como mujer y primera violín de la Orquesta Nacional. Con Krzysztof Wirga, mi gran profesor, finalicé mis estudios en Donostia y Gasteiz, y hace seis años me titulé como profesora de metodología Suzuki para la enseñanza de violín a niñas y niños a partir de tres años. En este contexto, quiero poner de relieve la importancia de tener un entorno favorable para poder desarrollar la actividad musical; Ganbara Faktoria tiene esa visión de futuro para poder hacer realidad que las y los músicos disfrutemos haciendo música sin tener que desplazarnos a otros lugares. Soy profesora de violín en Arrasate Musikal, toco en su orquesta y también en Aequus Ensemble. La música es mi profesión, mi compañera de viaje y mi gran pasión.
Para acabar, ¿qué momento (o momentos) especiales le han dado todos estos años enfrascada entre partituras?
–La música nos permite llegar con gran emotividad a aquellas personas que nos escuchan. En lo personal, me quedo con todas esas ocasiones en las que he podido tocar en grandes momentos personales de mi vida. l