Estitxu Sudupe, de la música disco a las alubias de Tolosa
Se hizo conocida cantando música disco en euskera, y tTambién cantó en el Orfeón Donostiarra. Hoy, la huerta es una de las pasiones de Estitxu Sudupe, que preside Tolosako Babarruna
Estitxu Sudupe se aficionó a la huerta de la mano de su amama, Joxepa Zaldua. “Tenía una huerta cerca de donde está el centro de día de Urretxu y de niña solía ir allí con ella y con mi tío. Cuando tuve a los niños decidí volver a ese mundo, pues me preocupaba su alimentación. Hice unos cursos de agricultura ecológica en Fraisoro y me apunté a un grupo de consumo. Después, decidí comprar mi propia huerta y producir productos ecológicos”.
Su huerta está en la carretera que lleva a Santa Bárbara. “Empecé a buscar un terreno y surgió la oportunidad de comprar este. Tengo una gran vida social, pues está al lado de la carretera. La huerta es mi gimnasio y mi psicólogo. Además, me ofrece la oportunidad de comer lo que he sembrado y cuidado yo misma, sin ningún pesticida. Me proporciona una gran alegría”.
En su huerta de Urretxu tiene alubias y frambuesas. “La asociación Tolosako Babarruna necesitaba nuevos miembros y como siempre me ha gustado la alubia, pues es un alimento muy completo, decidí sembrar alubia. Soy miembro de Tolosako Babarruna desde 2017. En 2019 alquilé un terreno en Tolosa y allí también tengo alubias. Se pueden cultivar alubias con el sello Tolosako Babarruna en toda Gipuzkoa. Las de Urretxu también llevan ese sello. Para cultivar alubias de Tolosa hay que ser miembro de la asociación y utilizar las semillas que nos proporciona la propia asociación. Las semillas se las compramos a la asociación y la producción se la vendemos a la asociación. La alubia de Tolosa se distingue porque es negra, tiene un punto blanco y cuando se cuece su caldo es más gordo”.
En la actualidad, la asociación Tolosako Babarruna cuenta con 45 productores. “Cuando la alubia alcanza una humedad de menos del 13%, la llevamos a la asociación. Allí, se desgranan y se pasan por el tamiz. Después, pasan por una mesa, donde se seleccionan aquellas que son de la máxima calidad. Las feas, las rotas... son retiradas. Las buenas se empaquetan y se congelan durante 24 horas para matar el gorgojo. El gorgojo pone sus huevos en la alubia y cuando nacen comen la alubia. Congelando la alubia se consigue matar los huevos”.
La asociación, además de encargarse de la comercialización, intenta atraer a nuevos miembros y promover la alubia de Tolosa. “Al comienzo de cada campaña, sacamos unas fotografías con el cocinero Roberto Ruiz. Y en noviembre celebramos una fiesta en Tolosa. La de este año será el día 18. Organizamos un concurso de productores: Ruiz y su equipo preparan las alubias de todos los productores y después un jurado elige las mejores. También hacemos una babarrun-jana, por supuesto”.
El proceso
Sudupe y sus compañeros llevan meses trabajando para que todos los que se acerquen a Tolosa el día 18 de este mes disfruten de unas fabulosas alubias. “Nuestro trabajo comienza en abril, que es cuando preparamos la tierra: le damos la vuelta, la abonamos poco... No hace falta abonarla mucho, pues la propia alubia deja nitrógeno en la tierra todos los años. El nitrógeno que deja la alubia mejora la tierra. A finales de mayo llega la hora de sembrar. Colocamos el plástico, sembramos, clavamos los postes y entre los postes ponemos una red. La alubia, ella sola, se enreda. Todas las semanas hay que supervisar cuántas han nacido, hay que limpiar las calles... Ese es el trabajo más duro: desbrozar las calles. En octubre llega la hora de la recogida. A veces todas suelen estar listas para ser recogidas. Este año no ha sido así. En agosto hizo mucho calor y cayeron muchas flores. Las que aguantaron vivas siguieron con su proceso, pero de allí a unas tres semanas la planta volvió a echar unas flores. Eso ha hecho que ya hayamos recogido unas alubias y estos días estemos recogiendo otras más”.
La urretxuarra produce unos 500 kilos de alubia de Tolosa. “La asociación produce más de 20 toneladas. Vendemos casi todas nuestras alubias en Euskal Herria. Para febrero lo hemos vendido todo”.
La alubia de Tolosa está muy estimada, pero hacen falta jóvenes productores para garantizar su pervivencia. “Quiero animar a los jóvenes. Las puertas de la asociación están abiertas para ellos”.
Además de al relevo generacional, tienen que hacer frente al cambio climático. “Necesitamos la climatología propia de nuestra tierra. Como en un futuro llueva menos, al contrario de hasta ahora, tendremos que regar las alubias”, concluye.