Cada vez son más los padres y las madres que están preocupados por el excesivo y temprano uso del teléfono (y de las pantallas) que hacen sus hijos y ellos mismos. Es por eso que algunos padres y madres de Zumaia han creado un grupo para concienciar a los niños y adolescentes sobre la utilización de este aparato. Los objetivos son concienciar y lograr hacer un uso crítico de este objeto tan común en estos últimos años.

Poco a poco son más grupos (de padres, de profesores...) los que están surgiendo a raíz de esta problemática. “Antes de la pandemia empezamos a darle vueltas al tema de las pantallas: qué presencia tenían en nuestro día a día y qué impacto tenían en nosotros mismos y en los adolescentes. También veíamos que nos limitaban mucho y notamos cómo nos distanciaban las pantallas en una conversación física ya que se perdía mucha calidad de la conversación”, comentan desde el grupo de padres y madres de Zumaia.

Tras la pandemia la preocupación sobre ese tema creció aún mas. Fue en ese momento en el que “decidimos crear este grupo de padres sobre las pantallas. Empezamos así y creíamos que la preocupación iba a ser general por lo que comenzamos a llamar al grupo de padres del otro colegio de Zumaia. También nos pusimos en contacto con los centros y con el Ayuntamiento de Zumaia. El Consistorio nos dejó un local para juntarnos y hacer las reuniones”.

Para ellos el tema iba más alla de los centros escolares ya que “los niños, los adolescentes y nosotros mismos nos movemos por todo el pueblo y las relaciones en Zumaia las tenemos a nivel de pueblo”.

El año pasado nos pusimos en contacto con la zarauztarra Miren Ros (del grupo Guk aukera, guk hamasei) y ella dio una charla en el colegio. Nos dio una serie de vídeos y de cuestionarios (personalizados por cada curso) y nuestra primera tarea fue repartirla entre los padres para empezar haciendo una reflexión sobre el tema.

Con el tiempo, se fue uniendo más gente al proyecto y notan que ha habido “un cambio” en la percepción de este tema. Y es que en la pandemia estas pantallas ayudaron mucho a los adolescentes (para asistir virtualmente a clase o para estar y hablar virtualmente con los amigos), pero también hizo que muchos se engancharan a ellas.

Aun así, “vemos que muchos padres que antes no habían reflexionado sobre este tema ahora ya se han enterado de qué va el asunto y se han unido a la causa. También vemos que los adolescentes se han dado cuenta de la problemática que pueden causar las pantallas, y jóvenes de 16 años les recomiendan a sus padres no dar el teléfono tan pronto a sus hijos de 12 años”.

Queda mucho camino por recorrer, pero algún paso que otro ya se ha dado. “Antes daban el móvil al hijo porque lo tenían todos o casi todos los de la cuadrilla y el que no lo tenía se sentía muy excluido. Ahora te dicen que no se lo des porque nadie de la cuadrilla lo tiene”.

Y es que, este grupo de padres de Zumaia, el curso pasado difundió una circular en varios cursos (diferente en cada uno) con la que los padres que firmaban se comprometían a no comprar un teléfono durante el curso a sus hijos. “Esto fue muy positivo ya que de este modo estamos remando todos en la misma dirección”.

Al final todos coinciden que al tener una relación sana y crítica con el teléfono, y sabiendo cuándo es el momento de usarlo y cuándo no, “se mejora muchísimo la calidad de vida y el autocontrol. En casa hay menos problemas con los hijos, en la calle hay conversaciones de calidad y también se ve a los más jóvenes sin los móviles divirtiéndose mientras juegan a cualquier juego”.

Los padres tienen que ser el ejemplo para los niños por lo que los primeros en tomar las medidas fueron ellos. “Desde que fuimos conscientes de ello los primeros en adaptarnos fuimos nosotros ya que tenemos que ser un ejemplo para los niños y adolescentes. Sabemos que es difícil ya que los tiempos cambian y ellos han nacido rodeados de pantallas. Aun así seguiremos trabajando para que usen las pantallas y las redes sociales de un modo consciente y crítico”.