Poxpolo, Mokolo ta Konpainia

Sin embargo, además de su faceta como actor, en su día a día trabaja en un proyecto “muy especial” junto con su gran amigo Iker Galartza. Ambos son los protagonistas de Gure Zirkua, el circo vasco que lleva ya seis años y más de 700 actuaciones cosechando éxitos. Todo se remonta al año 1996, cuando un grupo de jóvenes estudiantes de los Escolapios de Tolosa coincidieron con Iker Galartza, Poxpolo, e Iñaki Odriozola, Mokolo, como monitores. “Nosotros teníamos 15 años, Iker tenía 19 e Iñaki 18, cuando en el colegio nos pidieron que preparásemos un pequeño espectáculo para la fiesta de fin de curso. El espectáculo gustó, y así es como empezamos poco a poco a actuar”, explica Usabiaga. Sin pensar ni preparar mucho el proyecto, los integrantes empezaron a recibir llamadas de diferentes pueblos y así es como nació Poxpolo, Mokolo ta Konpainia en 1996.

Conforme fueron pasando los años, el éxito del grupo fue total. “El primer años hicimos tres actuaciones. El segundo fueron seis, el tercero 20, y el cuarto año ya hicimos más de 60 actuaciones” afirma Joseba. Pero, cuando todo iba a pedir de boca, el grupo recibió un tremendo golpe. En 2009 falleció Iñaki Odriozola, Mokolo. “Todo iba perfecto. Estábamos en la cúspide y se nos fue Iñaki, que era imprescindible en todo. Además de lo que hacía en el escenario, era quien gestionaba todo. Después de unos meses parados, decidimos seguir, también por el” afirma Joseba. Poxpolo ta Konpainia siguió funcionando muy bien, pero unos años más tarde, en 2016, el grupo tomo la decisión de terminar con esta etapa y empezar a preparar el proyecto de Gure Zirkua, otro tipo de iniciativa que, con Iker Galartza al mando, está siendo todo un éxito. “Hemos pasado las 700 actuaciones esta misma semana y hemos conseguido vender todas las entradas en prácticamente todas las actuaciones. Estamos muy contentos” cuenta Joseba.

Los principios no fueron fáciles. Lo que más costó, según explica el actor, fue aprender a gestionar todo el tiempo que uno pasa fuera de casa. Pero, cada vez es todo “más fácil” asegura. Al preguntarle si Gure Zirkua se marca algún objetivo a largo plazo, la respuesta es firme. “Seguimos con el objetivo de no acomodarnos. Nos gusta ir a pueblos que por un motivo u otro no son tan euskaldunes y sentir que podemos aportar nuestro granito de arena al euskera y a la cultura”. A Usabiaga y Galartza también les gustaría poder hacer una pequeña incursión al otro lado del charco. “Por ejemplo, nos gustaría poder llevar el circo a Argentina algún día. Es muy difícil, pero tenemos ese sueño. Sería muy bonito poder actuar allí”, explicado. En un futuro, Usabiaga busca poder seguir disfrutando de su trabajo y sus amigos, como ha hecho siempre.