El concurso de tomate autóctono de Euskal Herria tendrá su puesta de largo en Aretxabaleta. La primera edición de este evento se celebrará el 10 de septiembre en el marco de la semana dedicada a ensalzar las virtudes de esta solanácea, y reconocer la labor de las y los hortelanos que la cultivan. El certamen será la novedad de un programa de actividades que tendrá como protagonista indiscutible al rosado de Aretxabaleta, una apreciada variedad cuya fama ha traspasado los límites del municipio al que debe su nombre.
“Hay algunas personas que han sido decisivas en la historia de la producción del Aretxabaletako Larrosa. Otorgarles un reconocimiento, aunque sea de una manera sencilla, es uno de los objetivos de esta iniciativa que se puso en marcha en 2016”, expuso ayer el concejal de Cultura, Ibai Zangitu.
El citado concurso tiene abierto el plazo de inscripción hasta las 12.00 horas del 6 de septiembre, enviando los siguientes datos al email kultura@aretxabaleta.eus: nombre, apellidos, teléfono de contacto, localidad y denominación de la variedad presentada, además de una copia del DNI. Las personas participantes tendrán que estar empadronadas en Euskal Herria y por cada clase de tomate autóctono que presenten, entregarán tres ejemplares. En cuanto a los premios, se repartirán tres: 500 euros más trofeo, 300 y 150 euros, respectivamente, así como una mención especial al mejor tomate de la variedad aretxabaletarra (150 euros).
Feria y otras actividades
Aretxabaletako Tomatearen Astea vivirá su día grande el domingo 10 de septiembre con la feria que congregará a “15-20 productores”, avanzó ayer Agur-tzane Díaz en representación de la Asociación de Desarrollo Rural Deba Garaia, entidad que está al frente de la organización junto al Ayuntamiento y el Departamento de Turismo de la Mancomunidad de Debagoiena.
Una ruta de pintxos por diferentes establecimientos hosteleros abrirá la programación el 6 de septiembre, y cinco jornadas más tarde, dentro de la azoka se llevará a cabo también un taller de extracción de semillas, un segundo certamen para elegir por votación popular al tomate más llamativo (hasta ahora se premiaba al más feo), y una degustación de tres recetas elaboradas in situ por Anne Otegi. Por otro lado, Arkupe dedicará su exposición mensual al tomate antiguo de la mano de la antropóloga catalana Marta Barba.