Con la satisfacción que otorga la sensación de ver culminados o encaminados proyectos determinantes para Aretxabaleta, pero también con el inherente cansancio que lleva aparejado ostentar durante ocho años la alcaldía, Unai Elkoro está convencido de que “es el momento de dar paso al relevo”. A pesar de que han sido dos intensas, y prácticamente extenuantes, legislaturas afirma convencido que “volvería a asumir el cargo sin dudarlo”.

“Durante estas dos legislaturas lo he dado todo, quitándole tiempo a mi familia, y ha llegado el momento de dejar paso al relevo”

¿Qué valoración hace de sus ocho años al frente de la alcaldía?

Han sido años muy intensos, sobre todo, los últimos cuatro en los que nos ha tocado gestionar la pandemia. El del alcalde es un cargo de una gran responsabilidad, que requiere de mucha energía e ilusión. Durante estas dos legislaturas lo he dado todo, quitándole tiempo a mi familia, y ha llegado el momento de dejar paso al relevo. Es importante saber cuándo toca retirarse. En ese sentido, me gustaría animar a la ciudadanía a implicarse y participar, porque es importante que haya gente nueva con ideas nuevas. 

¿Qué se lleva de su experiencia como alcalde?

Además de la satisfacción de hacer realidad proyectos importantes para Aretxabaleta, en el plano personal me quedo con las personas que he conocido.

Hablemos de esos proyectos cuya culminación le han dado especial satisfacción.

Más de uno se sorprenderá porque los proyectos que me vienen a la cabeza no son obras especialmente grandes en lo que respecta a inversiones, pero han supuesto importantes mejoras para los atxabaltarras. Uno de ellos es la culminación del paseo que bordea el río y que permite cruzar el pueblo de lado a lado. Cuando llegué al Ayuntamiento quedaban tan solo 150 metros para terminar el camino, y cuando por fin lo vimos completado me sentí muy satisfecho, porque facilita el tránsito a pie y va en la línea de hacer de Aretxabaleta un municipio más amable. Otra intervención que me gustaría destacar es la instalación de una rampa en las escaleras de acceso a la Plaza, porque me tocó pelear bastante con los aparejadores, que en un principio no la veían viable. Como te decía, se trata de pequeñas obras, pero que han mejorado substancialmente la manera de transitar por el municipio. Tengo que decir que en 2015, cuando asumí el cargo, el Consistorio arrastraba una deuda de casi cinco millones de euros, por lo que en aquel momento no teníamos capacidad de abordar grandes inversiones. Por otro lado, tampoco podemos olvidar que en la pasada legislatura el Ayuntamiento compró el convento, y ha sido en ésta cuando en este edificio se han puesto en marcha las obras del centro social para personas mayores, que junto con la sede del hogar del jubilado Basotxo, ofrecerá al pueblo una renovada instalación en la antigua capilla para el desarrollo de diferentes actividades. 

“La actual situación económica del Ayuntamiento dista mucho de la que nos encontramos en 2015; a día de hoy, está libre de deuda”

En la actualidad, ¿en qué situación económica se encuentra el Ayuntamiento?

En este momento el Ayuntamiento está libre de deuda y, por consiguiente, podrá acometer los proyectos previstos. Estamos a la espera de confirmar si para realizar las nuevas inversiones previstas se requerirá hacerlo bajo crédito. Pero quiero subrayar que la situación económica actual dista mucho de la que nos encontramos en 2015, cuando con 8,5 millones de euros de ingresos el Consistorio tenía una deuda de cinco millones. En la actualidad los ingresos ascienden a 11 millones de euros y hemos conseguido no deber nada. 

A pocos meses de dejar el cargo, ¿diría que le ha quedado alguna espina clavada?

Entre los proyectos que no se han podido llevar a cabo, porque había otras prioridades, mencionaría la ampliación y renovación del frontón. A día de hoy carece de baños y vestuarios, por lo que es una intervención realmente necesaria, que espero se acometa en los próximos años. Otro de los asuntos que están pendientes es la ejecución del saneamiento y abastecimiento de Lausitta; una actuación que desde enero del año pasado estamos abordando en Santa Kurtz. Estas obras, que se han visto demoradas por el mal tiempo, concluirán en breve. 

Otra obra importante que ya está en marcha es la del nuevo centro de salud de Aretxabaleta. 

Llevamos varios años reclamando la necesidad de un nuevo ambulatorio y por fin a finales de este año se hará realidad. Se trata de un centro sociosanitario integrado, un proyecto innovador en la CAV, que además de albergar el nuevo centro de salud, acogerá también los Servicios Sociales municipales. Es una obra muy importante en la que Osakidetza está invirtiendo cerca de cinco millones de euros. 

¿Cómo afronta la recta final de la legislatura? ¿Cuáles son las prioridades del Consistorio en este momento?

A menos de tres meses de que termine, estamos, efectivamente, en la recta final y lo más importante para nosotros en este momento es poner en marcha aquellos proyectos que han quedado pendientes para que la próxima Corporación municipal los tenga encaminados. Por otro lado, tenemos la oportunidad de culminar el proceso de estabilización del personal funcionario, lo cual permitirá acabar con la temporalidad y, por tanto, dejar un Ayuntamiento más eficiente. 

¿Qué rumbo cree que debe tomar el municipio en los próximos años?

Eso creo que compete a los atxabaltarras. En mi caso, veo con preocupación la evolución de la sociedad, pero no solo en Aretxabaleta, sino a nivel global. De todas formas, reitero, serán los atxabaltarras los que deberán decidir el rumbo de nuestro pueblo.