La diputada de Movilidad y Ordenación del Territorio, Rafaela Romero, presentó ayer en rueda de prensa el tercer y último tramo del bidegorri que unirá Lezo con Donibane. En la comparecencia anunció un nuevo retraso en esta fase, la más complicada técnicamente. Los trabajos no comenzarán en abril, tal y como estaba previsto en el último calendario elaborado por la Diputación Foral, sino en julio.

En esta ocasión, Romero aseguró que la demora se debe a razones ajenas al departamento de Movilidad. Según explicó, el paso de la etapa del Tour de Francia por la carretera GI-3440 obliga a las administraciones a colaborar y no podrán tener obras en ejecución en el itinerario por el que transcurre este evento deportivo. En todo caso, aseguró que la ciudadanía de Oarsoaldea podrá disfrutar de una conexión segura para el próximo mes de diciembre.

No obstante, la asociación ecologista Eguzki, en su último comunicado enviado a los medios sobre este tema en octubre de 2022, recordó que el tramo del bidegorri más cercano a Lezo se terminó en 2017. “Entonces, la Diputación informó de que los dos tramos restantes se ejecutarían en 2018. El segundo tramo no se ejecutó hasta 2019 y el tercero, el más cercano a Donibane y el más peligroso para ciclistas y peatones, sigue pendiente”, apuntó. Esta crítica por los continuos retrasos también era compartida esta semana por EH Bildu de Pasaia y por numerosos vecinos, sobre todo de Lezo y de Pasai Donibane.

De hecho, el tercer tramo es el más peligroso, donde la acera es extremadamente estrecha. Por ello, cuando dos personas se cruzan en un punto, una de ellas debe saltar a la calzada.

Según explicó Romero, la ejecución de este último tramo se divide en tres fases principales. En la primera de ellas se prevé el desvío del servicio de saneamiento para tener espacio en el que implantar, en el carril sentido Lezo, las estructuras en las que asentar el bidegorri.

En una segunda fase se contempla el objetivo principal del proyecto, consistente en la implantación del voladizo. Este periodo incluye varias subfases para acometer el extendido de la capa de rodadura y la instalación de la señalización definitiva, que a su vez conforman el objeto de la tercera y última fase que contempla el proyecto. Diputación señaló que las dificultades geotécnicas, orográfícas e institucionales han supuesto un verdadero reto. l