Las obras para demoler el edificio del antiguo Centro Asistencial de Arrasate ya han dado el pistoletazo de salida como paso previo a la ampliación del Hospital Alto Deba; un proyecto en el que Osakidetza invertirá 25 millones de euros. El derribo, que se prolongará hasta marzo, dejará listo el solar donde se construirá el nuevo pabellón hospitalario que aumentará las dimensiones del actual, mejorando este servicio sanitario que atiende a cerca de 65.000 vecinos y vecinas de Debagoiena (incluido el municipio alavés de Aramaio).

Los trabajos de demolición se desarrollarán de forma compatible a la actividad asistencial diaria. Desde el Servicio Vasco de Salud informan, asimismo, de que el proyecto de ejecución del edificio que se levantará de forma independiente al inaugurado en 2012 con su característica fachada de colores, estará ultimado para “el próximo verano”. Será, a partir de entonces, cuando se pondrán en marcha los procesos de licitación y adjudicación de las obras, que previsiblemente darán comienzo “entre finales de 2023 y principios de 2024”.

Así, en el futuro equipamiento hospitalario se acomodarán nuevos y espaciosos servicios de Rehabilitación y de hospital de día Médico-Quirúrgico. Además, esta ampliación de las instalaciones sobre la parcela del embrión actual del complejo sanitario de Debagoiena, permitirá crear una nueva unidad de Digestivo con el servicio de Endoscopias e integrar una sala de resonancia magnética dentro del hospital, que en estos momentos se presta en una unidad móvil estacionada en el exterior. El edificio albergará, a su vez, una nueva base para el servicio de Emergencias de Arrasate y se dotará de más espacio al área de consultas externas.

Tal y como destacan desde Osakidetza, este proyecto traerá consigo “la mejora de la atención asistencial de la comarca y del territorio de Gipuzkoa, así como del entorno urbano”. Y es que el nuevo bloque dará respuesta también a la problemática de aparcamiento en una zona que soporta un gran de tráfico de coches, mediante la construcción en el sótano de un parking subterráneo con un centenar de plazas.

El derribo arranca con demora sobre las previsiones que en un principio lo anunciaron para primeros de este año. En este tiempo, sin embargo, se ha reformulado el proyecto planteado inicialmente para diseñar unas futuras instalaciones y servicios que pretenden “cubrir las necesidades sanitarias de la comarca durante varias décadas”, señalan desde Osakidetza. Una vez iniciadas las obras su plazo de ejecución estimado es de “tres-cuatro años”, de manera que habrá que esperar al menos hasta 2026-2027 para ver en funcionamiento el nuevo edificio hospitalario.