Un espacio para el disfrute y la imaginación de las niñas y niños en pleno contacto con materiales naturales. Esa es la propuesta lúdica con la que se ha equipado la ludoteca del barrio de Santa Marina de Arrasate: una zona para enfundarse el buzo y las botas y jugar con el barro; un puente de madera y cuerdas del que a través de una barra de bomberos se accede al arenero, y un rocódromo son los platos fuertes de este parque infantil que redondea el proyecto Gure Ortua que se puso en marcha en 2018.

Dirigida al divertimento y aprendizaje de las y los más pequeños, la nueva instalación es el resultado del proceso que ha permitido a los txikis ser parte activa en el diseño del área de juegos que se ha montado en la citada ludoteca. “Esta iniciativa se ha llevado a cabo con dos objetivos, por un lado, regenerar y adaptar el espacio exterior al gozo y demanda de sus usuarias y usuarios, y por otro, hacer que ellos mismos sean parte del proceso, dando pasos en su desarrollo educativo”, expuso ayer la edil de Desarrollo Comunitario, Maitane Muñoz. Un huerto, una rampa, un mural realizado por artistas locales… han servido para dar luz y vida a una zona que ahora se remata con un parque hecho a gusto del colectivo de tres a doce años, y con la ayuda de la empresa de paisajismo Kimubat.

Un nuevo atractivo, por tanto, para un servicio de ocio educativo, que como señaló la coordinadora de Txatxilipurdi Elkartea, Amaia Arregi, está resultando “todo un éxito”. De hecho, ha sido un gran reclamo para que la ludoteca de Santa Marina haya sumado más socias y socios durante este curso, en torno a 80.