Miguel Lorenzo Pascual y Macario Roman Breton Marzo. Son los nombres que han salido a la luz a raíz de las últimas investigaciones del servicio de Memoria Histórica de Irun en la búsqueda de personas represaliadas durante la Guerra Civil y de las que hasta ahora no se tenía conocimiento. El delegado responsable del servicio, Santi Jiménez, dio ayer cuenta de estos nuevos hallazgos junto a la nieta de Macario, Mercedes Póstigo Bretón.

Según los datos que aportó Jiménez, durante la Guerra Civil y la dictadura franquista “más de 140.000 personas fueron arrestadas injustamente, separadas de sus familias sin ninguna explicación, fusiladas y enterradas en fosas comunes, en cunetas donde aún muchos permanecen”. Muchos descendientes de estas víctimas continúan sin saber dónde están los cuerpos de sus familiares “también aquí en Irun”, aseguró el delegado, añadiendo que España es “después de Camboya, el país con más enterrados en fosas comunes”.

Gracias a la investigación, ahora podemos saber qué ocurrió con estas dos personas. En el caso de Miguel era natural de Agramunt (Lleida) de profesión ferroviario, y adepto del “Comité Revolucionario de la Estación del Norte”. Tenía 35 años en 1936 y perteneció a las Milicias Populares que se crearon en Irun a finales de julio de ese año.

Se le dio por desaparecido en Pikoketa, la noche del 10 al 11 de agosto. Presumiblemente, fue capturado y fusilado junto con la guarnición que defendía la posición durante la madrugada del 11 de agosto.

Esas son las conclusiones que se extraen de la documentación recuperada del Centro Documental de Memoria Histórica de Salamanca. En 1978, cuando los familiares de los fusilados en Pikoketa comenzaron a organizarse y realizaron la exhumación, Miguel Lorenzo siguió en el olvido, probablemente porque ninguno de sus familiares tendría constancia de que había perecido allí.

Por otro lado, Macario era natural de Quel (La Rioja) y se trasladó a Irun con su familia en 1934. Regentaba una frutería en la calle Cipriano Larrañaga. Cuando se produjo el golpe, se presentó voluntario y usaron su camioneta para llevar alimentos, víveres y soldados al frente de San Marcial.

Desapareció el 20 de agosto en las inmediaciones del caserío Gorrua, en el barrio de Olaberria. Según un testimonio de esos viajes, los golpistas los emboscaron y los fusilaron in situ. A raíz de los recientes documentos adquiridos en el Archivo General Militar de Ávila, en el parte que mandan los golpistas a la Comandancia Militar de Navarra, con fecha de 22 de agosto, dan cuenta que han capturado a un tal Macario Bretón, lo que apoya la hipótesis de que fue fusilado.

Este último caso ha salido a la luz gracias una consulta de su nieta, Mercedes Póstigo, a la que se ha atendido desde el servicio.