El sueño de Itziar Mondragon Azkarraga se ha hecho realidad. Esta arrasatearra, que desde hace más de dos décadas reside en Eskoriatza, va a tomar las riendas de la nueva fonda de Araotz; un proyecto ideado por los propios vecinos y vecinas para contribuir a revitalizar este barrio rural oñatiarra, situado en un privilegiado enclave natural.

Mondragon y la alcaldesa, Izaro Elorza, firmaron ayer el contrato por cinco años de explotación del negocio hostelero, prorrogable por otro periodo de igual duración, y una renta mensual de 1.550 euros el primer año, con una subida anual del 2%. Cuatro apartamentos turísticos y un bar-restaurante se alojan en la antigua Nesken Eskola, cuya reforma han costeado el Consistorio, los vecinos y las ayudas del programa Erein.

En esta nueva etapa al frente de Araozko ostatua, Itziar estará acompañada de su pareja Xabier. Las instalaciones y servicios están equipados, pero faltan los últimos remates y el “toque personal” para su puesta a punto antes de la apertura. “Paso a paso”, señalaba Mondragon sin aventurarse a dar una fecha. “Será cuanto antes; si se puede en agosto”, añadía. Aunque hay que pulir algunas cuestiones, en principio la idea es que el bar-restaurante dé servicio de miércoles a domingo, y el alojamiento esté abierto toda la semana. “El objetivo es crear puestos de trabajo, pero primero hay que ver cómo va funcionando”, precisó la adjudicataria.

“En una nube”

“Sigo en una nube”, afirmó Itziar, refiriéndose a cómo se siente después de hacer realidad su sueño. El turismo rural le atrapó desde niña. Así que cuando su pareja, que le ha apoyado en todo momento, vio en la prensa la noticia de la fonda, y tras asistir a las jornadas de puertas abiertas, “me dije: esto es para mí. Es un establecimiento pequeño que permite ofrecer un trato cercano”, relató entusiasmada. Ha trabajado como pescadera y, por tanto, empezará “de cero; con mucha ilusión”. Cree que van a encajar bien en Araotz donde se mudarán a vivir. A uno de los apartamentos del hostal.