o es fácil iniciarse en un proyecto, da miedo, asusta. La posibilidad de que las cosas no salgan como uno desea intimida, atemoriza. Sin embargo, la ilusión de comenzar con algo que lleva tu esencia combate cualquier temor, y más cuando detrás existe mucha preparación, paciencia, tiempo y cariño. Con estos sentimientos encontrados, Ainhoa Rueda Olangua (Tolosa, 1996) ha abierto las puertas de su centro de quiropráctica en la localidad goierritarra de Ordizia.

De esta manera, con apenas 26 años, Ainhoa Rueda ha hecho realidad uno de sus sueño. Desde su infancia supo que tenía que dedicarse a la profesión de quiropráctica. Todo comenzó cuando, por problemas físicos y para aliviar el dolor, acudió a uno de ellos. "Siempre he realizado mucho deporte, lo que me ha hecho pasar por diferentes profesionales para mitigar lesiones", comenta. "Recuerdo que desde el primer momento que acudí al quiropráctico me quitó el dolor. Entonces le dije a mi ama: este hombre hace magia", añade. Ainhoa quería ser como él, ayudar a las personas a sentirse mejor. Y lo ha conseguido; ahora la magia la hace ella.

Rueda se ha ido familiarizando cada vez más con la profesión. Ha pasado de ser paciente a tener pacientes. Durante cuatro años ha estudiado la carrera de quiropráctica en Barcelona, ha trabajado en diferentes centros de Catalunya y Baleares, y ha realizado un máster para especializarse aún más en esta ciencia. Sí, ciencia. Y es que, la Organización Mundial de la Salud define la quiropráctica como "la ciencia, el arte y la filosofía que se centra en proporcionar al cuerpo su máximo potencial natural, permitiéndole manifestar mayor rendimiento".

Esta profesión del campo de la salud proviene de Estados Unidos y es en los últimos años cuando se está estableciendo entre nosotros. Es por ello que aún existe cierto desconocimiento sobre su función. "Manipulamos la columna vertebral y otras partes del cuerpo para corregir problemas posturales, aliviar el dolor y asistir la capacidad natural del cuerpo de curarse a sí mismo", explica la joven tolosarra. "Todas las personas pueden beneficiarse de la quiropráctica: deportistas, mujeres embarazadas, recién nacidos...", concreta.

Se puede decir que la quiropráctica está en auge. Según da a conocer Ainhoa Rueda, el 95% de los graduados en quiropráctica abre su propia consulta. Ella confirma la regla. Su centro, ubicado en la calle Filipinas de Ordizia, es el primero de estas características en el municipio, y el segundo en la comarca de Goierri.

"Quiero ser más que una quiropráctica para mis pacientes, quiero empatizar con ellos y ofrecerles un lugar donde sentirse bien. Mi centro es el reflejo de lo que soy", sostiene la tolosarra. No tiene más que palabras de agradecimiento para todas aquellas personas que han creído en su profesionalidad en este primer mes de ejercicio. Asimismo, también agradece a familiares y amigos por el apoyo proporcionado en este inicio de recorrido profesional; inicio que tuvo que ser retrasado a consecuencia de las dificultades ocasionadas por la pandemia del coronavirus.

"Quiero ser más que una quiropráctica para mis pacientes, quiero empatizar con ellos "

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