- Una docena de restaurantes repartidos por barrios de la zona central de Donostia participan en el programa Otorduak II del Ayuntamiento de Donostia, una iniciativa que consiste en servir el menú del día a personas sin hogar, previamente inscritas en un listado de usuarios creado por los servicios sociales. Por el momento, 43 personas, casi todas varones, se alimentan a diario en estos centros hosteleros, donde almuerzan al mediodía y reciben una bolsa de comida para la cena.

La propuesta, que llevaba tiempo en gestación y se paralizó por la pandemia, comenzó finalmente el pasado mes de junio. Los bares adscritos a la iniciativa son conocidos por los usuarios pero el resto de la clientela no tiene por qué saber que en el establecimiento hay comensales enviados por los servicios sociales.

La discreción es uno de los pilares de la iniciativa, que pretende no estigmatizar a las personas sin hogar, algunas de las cuales no pueden alimentarse adecuadamente en los lugares en donde duermen.

La concejala de Acción Social, Ai-tziber San Román, recuerda que el servicio de comidas en los bares fue elegido por el Ayuntamiento después de analizar distintas opciones sobre la mesa. "El Ayuntamiento no tiene un comedor social como tal, aún sí da comidas en el albergue Abegi Etxea y existen otros comedores, como el de Cáritas. Tampoco nos gusta el reparto de comida en la calle y estábamos dándole vueltas al asunto", señala.

Por ello, encargó a una persona el estudio de la situación. Estuvo tres meses analizando distintos planteamientos y finalmente el Consistorio optó por ofrecer a restaurantes que reservasen "cuatro o cinco plazas" al día para estas comidas. Los locales hosteleros participantes están obligados a ofrecer dos menús, uno de ellos al menos sin cerdo para que no suponga un problema para los musulmanes, y la iniciativa echó a andar en algunos bares, incluido algún hogar del jubilado, tras solventar no pocos aspectos administrativos.

Los usuarios del servicio de comidas, según explica la concejala, deben cumplir varios requisitos. "Tienen que presentar un nivel de vulnerabilidad y arraigo en la ciudad, es decir, no vale que vengan solo a comer. Tienen que tener algún proyecto de vida. Además, no pueden recibir ayudas, ni de Cáritas, ni RGI, etc...", enumera.

La alimentación en bares es la última novedad introducida para garantizar la nutrición de las personas necesitadas. Para el año próximo, el presupuesto municipal contempla más de 300.000 euros para abonar este servicio a los bares, que cobran mensualmente, y pagos relacionados. "El sistema está en evolución continua y puede sufrir cambios para mejorar", explica la delegada de Acción Social, que cree que el programa tiene buena acogida tanto para los usuarios como para bares, alguno de los cuales ha pedido ampliar su número de plazas para ofrecer el servicio.

Por otra parte, el Consistorio reparte también dos veces a la semana comida para personas y familias necesitadas en bolsas.

Además, sigue funcionando el programa Otorduak I, que se implantó en 2015 en el barrio de Intxaurrondo y ahora se extiende también a las zonas de Altza y Larratxo. Más de 25 personas reciben la comida en táperes, una vez reconocida la necesidad de alimentos y la imposibilidad de obtenerlos o cocinarlos.

La iniciativa comenzó de la mano de la fundación Zorroaga, el Ayuntamiento y Gureak, que preparaba las comidas. Tras la retirada de Zorroaga del programa, el Consistorio siguió con la idea y la extendió a Altza, donde hay también algunas familias necesitadas de alimentación por distintos motivos. "En total, con estos programas y distintas ayudas económicas, el Ayuntamiento da de comer a unas 500 personas necesitadas", explica San Román.

Los comensales que acuden a los restaurantes enviados por los servicios sociales no pueden ser receptores de ayudas económicas

"El nuevo sistema de comidas está en continuo análisis y evolución para tratar de mejorar"

Concejala de Acción Social