- El autor donostiarra Josean Olabe acaba de publicar su último cómic, Rumbo a la esencia, un libro en el que muestra que el muelle de Donostia ya no es lo que era. Se trata de un "homenaje" a este lugar tan emblemático de la ciudad, en el que destaca el cambio de la actividad que se ha dado desde el siglo XIX hasta hoy. Además, Olabe ha organizado una exposición en Euskal Itsas Museoa para ver cómo ha sido el proceso de creación, que estará abierta hasta la primavera del año que viene.

'Rumbo a la esencia' cuenta lo que ha sido la actividad pesquera del puerto de Donostia. ¿Cómo escogió ese tema?

-Tenía varios temas por hacer y este era uno de los que tenía pendiente porque el tema del muelle para mí es como muy sentido y creía que el muelle se lo merecía. Aparte de ser una idea que tenía hace tiempo, por casualidad hubo gente que me comentó a ver si no me apetecía hacer algo sobre las regatas, y eso fue lo que me decantó a inclinarme por ese tema. Quería hacer algo relacionado con el mundo del remo y con el muelle.

¿Cómo ha cambiado el puerto desde el siglo XIX?

-Yo lo que he querido reflejar es el cambio de la actividad. La seña de identidad del puerto, aparte de su apariencia física, son los barcos que le dan vida. Los barcos han ido cambiando, pero la actividad pesquera se mantenía. Por ejemplo, estaban las embarcaciones que iban a pescar a vela y a remo también, cuando se quedaban sin viento para volver. Luego entró el vapor y cambiaron las embarcaciones, pero la actividad se mantenía. Pero últimamente, hace pocos años más o menos, ya no solo cambiaron las embarcaciones, sino que cambió la actividad totalmente. Ha desaparecido tal y como la hemos conocido hasta fechas recientes. No ha desaparecido del todo, pero ya es otra cosa y el cambio ha sido muy radical.

¿Hoy en día qué es el muelle de Donostia?

-Yo no lo he vivido mucho antes, pero para los que lo han vivido intensamente desde dentro, es una cosa muy diferente. Yo creo que siempre va a quedar un poco lo que pongo en la sinopsis del libro: que ya no es lo que era y que ha perdido parte de su esencia. Para mí es otra cosa, no te voy a decir si mejor o peor, pero diferente. Yo echo de menos el anterior. Cuando estás en el presente es difícil valorar el presente, hace falta unos años de recorrido para echar la vista atrás y darse cuenta de su evolución. Yo ahora estoy valorando lo anterior, no lo de ahora.

Entonces, ¿el cómic puede ser un homenaje a lo que era antes el muelle?

-Sí, yo lo concibo como un homenaje. Es más, el título es Rumbo a la esencia y yo lo que he querido conseguir es que sea esa cajita en la que guardas algo; que abras el cómic y que te transmita la esencia de lo que ha sido.

¿En qué se ha basado para escribir el cómic?

-Yo siempre he tenido mucho contacto con el muelle. Entonces, muchas cosas las tenía ya asimiladas desde niño. Y luego simplemente lo que he hecho ha sido documentarme mejor para ir a cosas más concretas como fechas y cómo fueron algunos acontecimientos como la regata de Carril. También sobre un aspecto muy importante que fue la entrada del vapor, porque Donostia fue pionero en ese tema. Aquí había un personaje que era Ignacio Mercader que introdujo la innovación de meter los motores de vapor en las embarcaciones orientadas a la pesca. Al ser Donostia un lugar pionero en esta materia, habría muchos ojeadores del exterior que vendrían verlo y eso también marcó otras actividades paralelas.

¿Cómo se ha documentado?

-Hay dos documentaciones. Una es la documentación escrita, que es lo que voy a escribir y conocer detalles, pero luego hay otra documentación gráfica importante. He buscado en Internet y en libros imágenes antiguas en blanco y negro, y los he adaptado a color. También hay aspectos que igual no tenía muy claros, pero para confirmarlos he hablado con algún pescador.

Ha comentado que para usted el muelle es algo muy cercano. ¿Qué le une a él?

-Viviendo en la Parte Vieja, es una de sus lindes. Además, mi hermano ha sido arrantzale y siempre hemos tenido contacto con el muelle. También tengo un bote y me gusta salir a remar, o sea que es un paso casi obligado para mí. Me gusta, y me parece que es una de las partes más entrañables de la ciudad.

¿Cómo ha sido el proceso de creación del cómic?

-Ha sido una evolución. Este es el cuarto libro que publico. El primero se hizo absolutamente en papel y luego se montó en el ordenador para mandar a la imprenta, también porque no tenía mucho conocimiento técnico. Pero a medida que he ido haciendo libros y aprendiendo, en este el proceso de creación ha sido diferente. He seguido dibujando a lápiz sobre papel, pero luego para el proceso de coloreado he usado las herramientas informáticas que hay. Lo he coloreado en una técnica mixta. Le he añadido capas de color con el ordenador, pero también capas hechas con acuarela para los fondos, cielos y mares. Por lo tanto, tiene más herramienta técnica.

¿Cree que este tipo de trabajos ayudan a dar la importancia que tiene el muelle de Donostia?

-Ayuda mucho, sobre todo porque no le asusta a la gente. Muchas veces, cuando vamos a leer algo que recuerda esos tiempos lo escribe gente que sabe mucho de ello, y empiezan a mezclar palabras técnicas que al final acaban ocupando un gran volumen. A la gente le asusta ver tantas páginas. Esto es más ameno para seguir y la imagen invita a ello. No es un cómic hecho a la ligera, se ve que detrás hay mucho trabajo.

También ha decidido montar una exposición en Euskal Itsas Museoa. ¿Qué se puede ver en la muestra?

-El proceso creativo. Desde el primer dibujo boceto con sus tachones correspondientes, donde ya empiezo a meter algo de texto con la distribución de la viñetas, hasta el último paso, que sería la hoja del cómic coloreada. También hay un vídeo explicativo en el que se ve cómo se van completando las viñetas poco a poco. Por otra parte, se puede ver mi evolución desde el primer cómic hasta este último.