ender un puente para lograr la inserción laboral de arrasatearras en situación de exclusión social. Con esta misión inició su andadura el programa Lan-r-Bai, que tras una primera satisfactoria experiencia ha querido dotarse de un espacio físico donde poder consolidar sus objetivos. Las viviendas situadas en los números 1-3 de la calle Hondarribia (junto al ascensor del barrio de Makatzena) son la base de operaciones de este proyecto que camina con paso firme a transformarse en una escuela-taller que tendrá una doble vertiente: la de formar y ayudar a los colectivos vulnerables a integrarse en el mercado de trabajo.

Las obras para habilitar el inmueble a su nueva función arrancaron hace unos meses, y si todo marcha sin contratiempos, concluirán este mes de agosto, según avanzan desde el Consistorio de Arrasate.

Jóvenes de entre 18 y 23 años procedentes de los recursos de acogida familiar y residencial de la Diputación, adultos que toman parte en el programa de intervención socioeducativa o en el de asistencia especializada que promueve el Departamento de Inclusión Social del ente foral, así como mujeres víctimas de violencia de género, inmigrantes, minorías étnicas y personas en situación de exclusión con discapacidad o en proceso de valoración, son los colectivos a los que va dirigido Lan-r-Bai. Un programa que tiene como cometido crear itinerarios inclusivos personalizados que abran la puerta a una formación normalizada o al mercado laboral, a través del empleo formativo, el apoyo socioeducativo y el acceso a herramientas y habilidades necesarias que completan la labor desarrollada por los servicios sociales básicos.

Los operarios de la empresa bergararra Construcciones Artzamendi asumen la tarea de reformar las citadas viviendas de propiedad municipal enclavadas en la calle Hondarribia. La puesta a punto de estas instalaciones se traducirá en "un nuevo recurso formativo que apoyará a los colectivos vulnerables y excluidos", destaca la concejala de Servicios Sociales, Maitane Muñoz.

En su primer asalto el proyecto ha dado sus frutos. Fue en marzo de 2019 cuando echó a andar con la participación de una quincena de personas que tuvieron la oportunidad de poner en práctica los conocimientos que iban adquiriendo día a día bajo la supervisión de educadores sociales. Transformaron la parte trasera del inmueble del número 3 de la calle Hondarribia, hasta entonces convertida en una especie de "selva salvaje", en una "bonita huerta", construyeron un invernadero, llevaron a cabo labores de jardinería, canalización de aguas... Se metieron en el papel de un carpintero, albañil o fontanero para empaparse de las nociones básicas de estos oficios. "Los beneficios son tangibles y muy positivos", recalca Muñoz sobre los resultados que arroja Lan-r-Bai, que en los dos cursos, de un año de duración cada uno que se han completado hasta ahora, ha congregado a una treintena de participantes.

Este programa "pionero", que cuenta con el respaldo económico del Fondo Social Europeo, sigue avanzando. Es, por ello, que el Ayuntamiento ha querido ampliar su cartera de servicios con la adecuación de equipamiento ideado para favorecer la inserción sociolaboral.

Los trabajos para habilitar el edificio de la calle Hondarribia encaran su recta final con el propósito de dar soporte a un proyecto que seguirá su rodaje en los próximos meses. Lan-r-Bai recibirá a nuevos usuarios a partir de septiembre, que asistirán a un curso que combina tutoría y formación en función de las necesidades y capacidades de cada persona, además de orientación laboral, talleres grupales y de educación en valores. Estas son las claves de una apuesta municipal que proporcionará un itinerario personalizado para "continuar en la formación reglada, en una empresa de empleo protegido si se tiene reconocido un grado de discapacidad, o en una de inserción que permita dar el salto al empleo ordinario", precisan desde el Consistorio arrasatearra. En definitiva, un centro para la integración social.

El programa crea itinerarios inclusivos personalizados, dirigidos a abrir la puerta a una formación normalizada y al mercado laboral