La mayoría del Pleno del Ayuntamiento de Donostia se posicionó este jueves a favor de que la loma de Antondegi, junto a Martutene, pueda acoger en el futuro una instalación de olas artificiales, similar a la existente actualmente en Aizarnazabal.

El Gobierno municipal (PNV-PSE) y el PP rechazaron la enmienda presentada por EH Bildu para descartar esta posibilidad por motivos “medioambientales”, que fue apoyada por Elkarrekin Donostia.

El concejal de EH Bildu Markel Ormazabal recordó que se ha descartado recientemente la instalación de un parque de olas similar en Donibane Garazi tras la presentación de firmas en contra por parte de ciudadanos y señaló que colectivos como Surfrider también se han posicionado en contra. Asimismo, consideró que el proyecto se situaría en contra de la Declaración de Emergencia Climática de Donostia a causa de su elevado consumo de agua y electricidad.

La corporativa Haizea Garay, de Elkarrekin Donostia, se sumó a sus palabras y preguntó al Gobierno municipal si el proyecto iría a acompañado de otras instalaciones como restaurantes. Además, manifestó que la puesta en marcha del proyecto conllevaría artificializar el suelo, lo que iría en contra de las directrices de no ocupar nuevos territorios.

La concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus, por su parte, respondió que la posible instalación de un complejo de olas artificiales en Antondegi ocuparía solo 6,2 hectáreas de las más de 90 existentes en el terreno, donde estaba previsto hasta ahora construir en más de 680.000 metros cuadrados, algo que dejará de estar permitido.

La corporativa anunció que en la revisión del Plan General que se está preparando en la actualidad, la loma de Antondegi, calificada como residencial para 3.000 viviendas e industrias, será desclasificada con el fin de dejar la mayor parte del terreno rural, como lo es en la actualidad. “Seguramente será la desclasificación más importante llevada a cabo en Donostia”, dijo la corporativa jeltzale.

El complejo de olas artificiales sería posible gracias a la calificación de parte del terreno como equipamiento deportivo. Arzallus añadió que el consumo de agua de la instalación sería el de la mitad de una piscina olímpica como puede ser la de Anoeta y defendió su carácter de instalación deportiva. La concejala, además, preguntó a los corporativos de EH Bildu si están en contra del proyecto que existe en Aizarnazabal, un municipio gobernado precisamente por la formación política que critica el proyecto.

Por su parte, el concejal del PP Mikel Lezama defendió con ahínco el proyecto y lo consideró muy adecuado para Donostia. “Es una empresa guipuzcoana, creará empleo, traerá dinero y dará un empujón al mundo del surf”, dijo el corporativo, que defendió que la iniciativa es sostenible ya que “es autosuficiente tanto en autoabastecimiento de agua, porque usa agua de lluvia, y de electricidad, por usar paneles fotovoltaicos”.

El gobierno municipal defiende desde hace varios años la puesta en marcha de un complejo de olas artificiales en Donostia, que tendría que salir a concesión. Argumenta que en la capital guipuzcoana esta modalidad deportiva ha ido en aumento, será olímpica en el futuro y ha convertido la playa de la Zurriola en la más saturada de Europa para su práctica. Según los planes del Gobierno de Goia la puesta en marcha de un complejo de olas artificiales en medio de un terreno rural puede suponer un atractivo y un motor económico.

SUBESTACIÓN ELÉCTRICA Las instalaciones en terreno rurales, o lindando con ellos, salieron también a la palestra en la sesión tras la petición del corporativo Zigor Etxeburua, de EH Bildu, para que el Ayuntamiento pida informes al departamento de Industria de Gobierno Vasco para estudiar la posibilidad de trasladar la subestación eléctrica de Santa Bárbara, en Altza, a otro lugar. Todas las formaciones votaron a favor de esta petición, aunque el concejal del PNV Martin Ibabe preguntó por qué esta estación era prioritaria y no otras de Donostia situadas en mitad del vecindario como, por ejemplo, la de Egia.

Los votos de PNV y PSE, sin embargo, impidieron aprobar el primer punto de la moción de EH Bildu, que reclamaba a Industria la realización de un estudio y una sobre los campos electromagnéticos en torno a la estación de Santa Bárbara.