La pandemia condiciona todo y también la actividad municipal, que tendrá que apretarse el cinturón este año. No obstante, el alcalde de Donostia, Eneko Goia, confía en la fortaleza de la ciencia y la tecnología, entre otros sectores, para salir adelante.

¿Qué espera del año 2021 y qué ha aprendido de 2020?

-Del 2021 espero que seamos capaces de superar esta crisis desde los puntos de vista sanitario primero, y social y económico, después. He aprendido que la capacidad de adaptación del ser humano es grande. Y que son situaciones en las que sale lo mejor de las personas y también lo peor. Aprendes a valorar que tener una comunidad es muy importante y también que hay comportamientos muy egoístas e individualistas, que repercuten negativamente en la comunidad, y eso decepciona.

¿Se refiere a las aglomeraciones, a la actitud de algunos jóvenes?

-No me gusta estigmatizar porque no solo son jóvenes. Yo los entiendo. Pero quizás no hemos sabido hacerles compartir la situación. Tenemos que hacer autocrítica como sociedad. A veces buscamos la satisfacción de nuestras propias pasiones y me cuesta entender estos comportamientos.

¿Qué le ha resultado más duro en la pandemia?

-Lo más duro fue el primer mes. Era una situación inédita, ante la cual teníamos que tomar decisiones sin saber. Llegaban informaciones, se precipitaba todo y se dibujaban escenarios muy trágicos. Ha habido tragedias humanas pero han pasado nueve meses y hemos aprendido a convivir con ello. Sabemos que hay relación directa entre comportamiento y evolución.

La pandemia ha obligado a elaborar el presupuesto de Donostia más tarde. ¿Cuánto se tendrá que reducir en este 2021?

-Andamos por unos 40 millones menos, aunque en un principio se calculó una bajada de 80 porque la reducción inicial del PIB fue terrible.

Han reactivado un buen número de inversiones paralizadas por la pandemia, pero siguen siendo necesarias actuaciones pequeñas como, por ejemplo, una acera en Igeldo.

-La filosofía que ha presidido el levantamiento de estas inversiones ha sido esa precisamente. Desde cubiertas de patios de colegio, a mantenimiento, poda de árboles€ Hemos ido a rematar y dejar las cosas arregladas.

¿En el presupuesto de 2021, con la reducción de ingresos en torno a 40 millones, qué cuestiones van a privilegiar y cuáles no?

-El gasto corriente, la actividad ordinaria del Ayuntamiento y sus entidades, con excepciones estos años de pandemia, tienen que ser cubiertos por ingresos ordinarios, que vienen de los impuestos. Pero parte de estos ingresos, que llegan de la Diputación y están muy ligados a la actividad económica (IVA, IRPF, impuesto de sociedades€), se han caído. Y la previsión para 2021 es que, aunque sea mejor que 2020, sea un 10% inferior al pasado año o más. Y eso obliga a hacer un esfuerzo de contención del gasto corriente en servicios que presta el propio Ayuntamiento. Tenemos que apurar bien el mantenimiento, la limpieza, basuras€ y tratar de dar un buen servicio, pero ajustando.

¿Y las inversiones?

-Es más fácil. No planteamos una reconsideración de las inversiones. Cuando en casa quieres cambiar la cocina y tienes un problema económico, esperas un poco. Y así son las inversiones. No vamos a dejar de hacer lo que queremos, aunque ahora no se pueda.

Los grupos municipales de EH Bildu y Elkarrekin Donostia critican que el incremento de gasto social que se ha aplicado ha sido insuficiente y han reclamado más.

-Los números cantan y hay mucho de poso político en algunas de estas críticas. Es el juego político habitual, pero los datos objetivos dejan claro que el gasto social ha aumentado; y no solo eso, sino que aumenta en función de las necesidades. No hay ningún otro criterio en este momento. Las Ayudas de Emergencia Social se contestan todas y, si hay que poner más dinero, se hace. Se responde a cuestiones puntuales con mayor gasto como en la emergencia con los sintecho. Y ese el criterio unánime del Gobierno municipal. El Departamento de Acción Social es el rey y tiene que tener lo que necesita para responder. Y si hay que quitar algún servicio no esencial para financiar el gasto social esencial, se hará.

Se ha peatonalizado los domingos La Concha pero el rodeo que tienen que dar los autobuses aumenta el CO2 en lugar de reducirlo.

-El cierre del paseo de La Concha es para el disfrute de los peatones. Es cierto que los recorridos del transporte público son más complicados pero el volumen de tráfico en los festivos es menor. Creo que en este momento compensa.

¿El proyecto de soterrar el tráfico de La Concha no generará más tráfico en el Centro, además de los posibles problemas de una obra en terreno kárstico, cercano a los dos socavones de la obra del Topo?

-Habrá que hacer sondeos, claro. Pero cuando se puso sobre la mesa esta propuesta electoral, el fotomontaje tenía cuatro carriles y eso era un error. No puede quedar en eso porque traería más tráfico a la avenida de Zumalakarregi y la calle San Martin. Hay que medir muy bien qué capacidad tendría que tener y nunca más de dos carriles. Ahora bastante tenemos con terminar las actuaciones en el centro, principalmente el Topo. La Concha ahora está razonablemente bien.

También está previsto construir un parking subterráneo en San Bartolomé, algo que no cuadra con las actuales directrices de movilidad.

-Esta es una decisión muy antigua. Del Gobierno anterior. Toda la operación de San Bartolomé está hecha con eso incluido y prescindir ahora de esta actuación pondría en cuestión gran parte de la operación.

Parece que se abre la luz y tanto la cárcel de Martutene como los cuarteles de Loiola se trasladan de sitio. ¿Confía en que sea así?

-Con la cárcel estoy confiado, salvo que haya algún imprevisto de obra. En el tema de los cuarteles, nos tendremos que pelear este año, es el acuerdo al que hemos llegado. Y supongo que será una pelea dura.

Donostia ha entrado en la red Innpulso, de ciudades de ciencia y tecnología. ¿Cree que le puede arañar más al PIB?

-No tengo ninguna duda de que va a crecer. Miramon está al borde de la colmatación y siguen saliendo proyectos que están buscando ubicación aquí. Los datos del Observatorio de la Ciudad ya lo están diciendo: estas actividades van ganado peso en los últimos años y han desplazado al comercio en la primera posición del PIB.

¿Illunbe puede ser una ampliación de Miramon?

-Lo tenemos sobre la mesa. Hay un ecosistema que lo permite en biociencia, biosanitario, fortaleza universitaria€ estamos bien posicionados.

¿Eskusaitzeta también interesa?

-Estamos atendiendo a muchas empresas que están valorando instalarse en este polígono.

¿Estas actividades podrán compensar desaparición de empleo en el turismo por la pandemia?

-Estoy un poco harto de este debate. EH Bildu dice que Donostia es la capital de la CAV donde más ha subido el paro en la pandemia. Y yo les digo que es la que tiene el nivel más bajo de paro porque las otras lo tenían más alto. El turismo es un plus. No un sustitutivo. Como ciudad tenemos nuestras apuestas, científica, tecnológica, de innovación, cultural€ Que luego haya una capacidad de atracción que permita una actividad económica asociada a eso es perfecto. No hay que elegir entre esto y aquello. Donostia va a por todo. Y es falso decir que Donostia es una ciudad turismodependiente. Si el nivel de desempleo de Donostia hoy es menos malo que en las otras capitales alguien tendrá que reconocer que hay una economía ligada al turismo, pero no tanto como decían.

¿Si dura mucho la pandemia, qué se puede hacer con bares y hoteles?

-Es complicado, pero en la hostelería se han abierto algunas posibilidades. Intentamos desde el Ayuntamiento facilitarles en lo posible el trabajo y también ha habido ayudas directas. Hay que intentar aguantar. En los alojamientos es más complicado con las restricciones de movilidad. Están haciendo un trabajo ímprobo.

EH Bildu criticó recientemente que los proyectos candidatos a ayudas europeas de Next Generation son los del programa de gobierno.

-Claro, no vamos a presentar los suyos. Están intentando aprovechar el viaje de la pandemia para implantar su esquema. En el discurso de EH Bildu veo lo mismo que hace un año, pero ahora intentan aprovechar la situación para convertirlo en realidad.

Los plenos son ahora más cortos, tras reducir el número de iniciativas de cada grupo.

-Sí, y creo que más racionales. A veces darle a todo es no darle a nada. Y aunque la oposición se enfadó mucho, desde el punto de vista del funcionamiento es más normal.