ras la aprobación el martes de las listas de personas seleccionados para vivir en las 162 viviendas de VPO de alquiler de Txomin Enea, la sociedad Donostiako Etxegintza empieza estos días la tarea de llamar uno a uno a los solicitantes que han tenido la mejor puntuación, en los distintos cupos. Una oficina temporal ha sido ya instalada en la calle Felisa Martin Bravo y en ella serán atendidos los futuros residentes en estas viviendas, cuyo precio más bajo será de 200 euros al mes, en función de los ingresos de los titulares.

Algunos de los seleccionados renunciarán a ellas, como sucede habitualmente en las promociones públicas. Sin ir más lejos, el pasado año 150 personas rechazaron las viviendas que les fueron ofrecidas por Donostiako Etxegintza por estar en orden de lista. Los demás podrán ir empezando a ocupar sus nuevos hogares y la entidad municipal prevé que estén todos los inquilinos en ellas hacia el otoño.

La concejala de Urbanismo y Vivienda, Nekane Arzallus, y el director de Etxegintza, Rafael Farias, mostraron ayer los pisos recién terminados, que se sitúan en el entorno de la plaza de Añarbe y que han supuesto un inversión de 16 millones de euros para la sociedad de vivienda. En total son once portales con domicilio tanto en la citada plaza como en las calles Saturio Burutaran, Julio Maeso y Felisa Martin Bravo.

Algunos de los 162 pisos de alquiler público de Txomin Enea, tanto de las últimas plantas como de los primeros pisos, disfrutan de amplias terrazas, de mayor metraje que la propia vivienda. Algunas casas miran hacia Ametzagaina y el parque fluvial del Urumea, otras a las calles del nuevo barrio y otras a la cárcel de Martutene, que desaparecerá para dar paso a más viviendas cuando esté construida la nueva prisión de Eskusaitzeta.

Las viviendas tienen suelo de parquet de madera claro en las estancias y azulejos en cocina y baños. Una de las viviendas se ha diseñado de modo adaptado y servirá como escuela a futuros inquilinos aquejados de discapacidad física, tras un acuerdo con Elkartu y la Diputación.

La urbanización del barrio está casi terminada, con tierra en los jardines aunque sin plantar porque no es época para ello, según destacó la concejala, que ejercía ayer de alcaldesa en funciones.

Tras la terminación de estas primeras viviendas de alquiler protegido repartidas por baremación y no por sorteo, solo faltan por levantar dos bloques del Gobierno Vasco para que se termine el barrio. Son los situados junto al paseo de Aintzieta, uno de ellos destinado a una cooperativa y otro a pisos protegidos en régimen de venta en derecho de superficie, una modalidad que no se volverá a repetir tras las nuevas leyes de fomento del alquiler para la vivienda pública. Estos dos bloques se han retrasado a causa de la existencia de un colector de Aguas del Añarbe, que pasa pegado a uno de los edificios, y requería de unos grandes tubos y una bóveda de protección antes de iniciar la edificación.