- El edificio triangular del puerto donostiarra, que hasta ahora acogía algunos servicios de Euskadiko Kirol Portuak y donde se compraban los tiques para la motora de la isla, ya ha desaparecido. El derribo arrancó un poco antes de la crisis sanitaria y se completó (tras el cese de actividad de dos semanas) a finales de abril. En su lugar, se instalará una escultura del Bou Gipuzkoa, que está ya construida. Sin embargo, debido al estado de alarma, las licitaciones están paralizadas, por lo que de momento no hay fecha para la colocación de la obra.

Además, el proyecto prevé la construcción de otra caseta, más reducida, que acogerá la taquilla de los barcos a la isla (los servicios de EKP que antes se ofrecían en el edificio derribado se han trasladado al reformado Portaaviones). Dado que también está actuación está paralizada, este verano los responsables de las motoras contarán con una pequeña taquilla provisional, colocada recientemente al otro lado del Portaaviones. De todas formas, debido a la situación del COVID-19, de momento también los viajes a Santa Clara están a la espera de saber cuándo podrán empezar la temporada (las motoras sí trasladan a los operarios de la obra de la isla).

Así, la entrada al puerto será algo diferente este verano, con el espacio triangular vacío y, de momento, vallado.

La réplica del Bou Gipuzkoa que se instalará en esa zona rendirá homenaje a los donostiarras y guipuzcoanos que lucharon en la Marina de Euzkadi y a quienes murieron en la batalla de Matxitxako en 1937.

Fue la Asociación Matxitxako, que lleva más de 20 años trabajando por la memoria histórica, la que propuso la colocación de esta obra en el muelle, ya que, aunque hay monumentos en Bermeo y Elantxobe, no existe ninguno similar en Gipuzkoa. "¡Qué mejor lugar que el muelle donostiarra!", propuso, y reclamó "un lugar digno para aquellos ciudadanos anónimos, arran-tzales de profesión, que hicieron frente a los sublevados franquistas en defensa de la República y las libertades del Pueblo Vasco".

La escultura tiene 2,60 metros de largo y ya ha sido creada en bronce en los talleres de Alfa Arte de Eibar. Se tomó como referencia un molde en madera realizado por el ingeniero naval Enrike Lekuona, de Aranzadi, y también la información recopilada por el investigador Juan Pardo (especializado en la historia de la Marina de Euzkadi), ambos fallecidos. El arqueólogo Juantxo Agirre Mauleón, también de Aranzadi, también contribuyó a este trabajo.

La intención del Gobierno Vasco es colocar la obra sobre un soporte de piedra y a un metro sobre el suelo, aunque podrá ser tocada y los niños podrán incluso subirse a ella, ya que está diseñada de forma irrompible y antivandálica. "Tiene que estar a la mano de los niños, no debe ser un elemento solo icónico y de respeto. Tiene que interactuar con la ciudadanía", afirma la Asociación Matxitxako, que defiende que el objetivo es también didáctico.

Así, en el soporte del barco se colocarán paneles explicativos de los bous Gipuzkoa y Donostia, de la batalla de Matxitxako y de la resistencia que los ciudadanos que formaron la Marina de Euzkadi ejercieron contra los sublevados franquistas. El proyecto prevé, asimismo, mostrar los nombres de los guipuzcoanos fal lecidos en la batalla de Matxitxako y los que posteriormente fueron apresados y fusilados.

Una taquilla provisional colocada al otro lado del Portaaviones venderá este verano los tiques de las motoras a la isla