donostia - La falda de Ulia acogerá en el futuro un nuevo hotel, de unas 200 camas aproximadamente, en el solar libre que se encuentra detrás del complejo compuesto por la clínica San Ignacio y la residencia de mayores Hermano Gárate. El nuevo equipamiento destinado a los visitantes necesita tramitar un plan especial, un documento que recibió el visto bueno inicial de la junta de gobierno el pasado mes de mayo.

El proyecto para crear un nuevo establecimiento hotelero ha sido propuesto por la Compañía de Servicios Sociales San Ignacio, la misma que gestiona equipamientos para mayores. La iniciativa fue objeto de debate en la comisión de Urbanismo de ayer, donde EH Bildu preguntó al concejal del área, Enrique Ramos, si el Gobierno municipal estaba de acuerdo con esta nueva propuesta relacionada con el turismo.

Ramos manifestó que el solar en el que se proyecta el nuevo hotel tiene ya la calificación en el Plan General de usos terciarios, por lo que el Ayuntamiento no puede oponerse a darle la licencia pertinente. El edil de EH Bildu Ricardo Burutaran, por su parte, manifestó que “las licencias están regladas -si cumplen las condiciones deben otorgarse- pero el planeamiento es discrecional”. “Por eso hemos preguntado la opinión del Gobierno municipal sobre el nuevo hotel que se proyecta”, señaló.

Ramos le insistió en que la catalogación del solar permite el desarrollo de un hotel, a lo que Burutaran respondió que, cuando se redactó el documento básico del planeamiento de Donostia, se contemplaba que el solar situado junto a la residencia y apartamentos de mayores se destinase a crear más alojamientos para personas de la tercera edad.

El terreno en el que se prevé el nuevo edificio de alojamientos tiene unos 8.000 metros cuadrados aunque la zona ocupada por el edificio rondaría los 2.000, según el plan especial que está en tramitación en el Ayuntamiento. La construcción, en total, tendría 3.800 metros de techo sobre rasante y otros tantos subterráneos. La altura del edificio sería de unos once metros y se dividiría en tres plantas, más otra bajo cubierta.

El solar en el que está previsto el nuevo establecimiento hotelero linda al norte con el paseo de Ulia, por donde se realizaría el acceso principal. Al este se sitúa la parcela del caserío Barbotegui y al sur, el paseo de Toki Eder . El terreno está en pendiente y el proyecto prevé colocar el edificio de hotel de manera perpendicular a la cuesta.

El plan especial concreta, entre otros detalles, que sería necesario plantar 37 árboles en el terreno, según las normativa vigentes, así como crear 111 plazas de aparcamiento de bicicletas. Las plantas subterráneas acogerían plazas de garaje para los clientes.

Mientras que el solar situado junto a la clínica San Ignacio y la residencia Hermano Gárate no se destinará finalmente a usos relacionados con la Tercera Edad, otros solares se recalificarán para ello. Este es el caso de la iglesia de Todos los Santos, situada en el paseo de Basotxiki de Intxaurrondo, que será sustituida por una residencia de ancianos. Así, al menos, lo ha propuesto su propietario, el Obispado de Donostia, que ha solicitado al Consistorio la recalificación de la parcela por medio de una modificación del Plan General.

prostitución Por otra parte, la comisión de Urbanismo también abordó ayer una interpelación del grupo Irabazi, que preguntó al Gobierno municipal “por qué motivo se otorgan licencias urbanísticas de hoteles y otros alojamientos turísticos a espacios donde se explota sexualmente a las mujeres”. La interpelación quería saber también “cuántas licencias y bajo qué actividad tratan de camuflar los proxenetas la explotación en nuestra ciudad” y, finalmente, si el Gobierno municipal “tiene intención de llevar a cabo alguna medida” para identificar estas situaciones con el fin de evitarlas.

La respuesta del concejal de Urbanismo se centró en negar que el Ayuntamiento otorgue licencias a espacios destinados a la prostitución, como apuntaba la interpelación. “En ningún caso damos licencia ni permitimos ni se consiente que se explote a las mujeres”, dijo Ramos. “Otra cosa es que se dé una licencia y luego se produzca explotación sexual”, añadió el corporativo. No obstante, señaló que si existe algún negocio en el que se sospeche o se constate que hay prostitución, esta realidad debe ser comunicada a los cuerpos de Policía con el fin de que lleven a cabo la pertinente investigación que, en algunos casos, puede terminar con un delito penal.