Irun. Hablar de Estebenea en Irun no es hablar de un local de hostelería cualquiera. Esta vieja casa, asentada en 1806 (así consta en su fachada), es un enblema del barrio de Olaberria y lugar histórico de reunión de sus vecinos. Igor Eizaguirre tomó las riendas de la dirección hace un año, escoltado por sus padres en la cocina y con el objetivo de "darle una vuelta" al negocio.
¿Qué es lo que han querido cambiar en este último año?
Nuestra apuesta ha sido la de cuidar todo al detalle y sobre todo, la calidad en todo lo que hacemos. Mis padres llevan doce años con este negocio y tienen una gran experiencia acumulada, y yo he querido aportar también las cosas que he aprendido trabajando en otros lugares.
¿En qué se traduce esa apuesta por la calidad?¿Cómo buscan diferenciarse de la competencia?
Estebenea es la casa de mis abuelos y bisabuelos, un lugar con muchísima historia y es una responsabilidad seguir manteniendo eso y hacer que siga siendo lo que ha sido siempre, un punto de encuentro y de socialización del barrio y de muchas generaciones de irundarras. Nuestra apuesta por la calidad lo abarca todo. Desde detalles como el del café, en el que nos ha asesorado el barista irundarra Javi García, grandísimo experto de esta materia, hasta la coctelería, con la ayuda de Álvaro Bargudo. Junto a todo eso, está la cocina, la búsqueda incesante del mejor producto de los baserris del barrio y de toda la comarca, conociendo muy bien siempre su punto de maduración. En eso, mis padres, baserritarras de toda la vida, son unos maestros.
En este año, los gin-tonic, tan de moda, se han hecho un hueco en Estebenea. ¿Por qué?
Es parte de esa apuesta por la calidad, por ofrecer a la gente lo mejor y a un precio ajustado, algo en lo que ser un negocio familiar es una ayuda. Asesorados por Álvaro Bargudo, hemos recopilado una carta de 83 referencias de ginebras y 23 tónicas. Es un universo muy rico y lleno de matices. La apuesta ha funcionado bien, porque hay mucha gente que viene aquí a comer y luego se toma su copa, e incluso, quienes vienen a tomársela directamente.
¿Han notado un cambio en la clientela o sigue viniendo la misma gente que lo hacía antes?
Muchos siguen viniendo, pero sí ha habido un cambio notable en este último año. Cada vez viene más gente joven, de entre 18 y 20 años. Este verano, por ejemplo, hemos servido batidos naturales de múltiples sabores, y esa oferta ha atraido a mucha gente joven. La idea es que vengan una vez y acaben repitiendo después. Por eso estamos haciendo estas apuestas por cosas novedosas o diferentes.
¿Es esa una forma de afrontar la crisis y su influencia?
Es una forma de hacerlo, porque la competencia es mucha, variada y de gran calidad en Irun y en toda la comarca. Tratamos de combinar las tres cosas, novedad, calidad y buen precio. No podemos quejarnos de cómo nos está yendo. Con la crisis, la gente sale menos y elige mejor dónde y en qué gastar el dinero.
Desde hoy hasta el domingo, celebran su primera Feria de la Cerveza. ¿Cómo les surgió la idea?
La de la cerveza ha sido otra de nuestras apuestas en este año. De la mano de Zapiain Distribuciones, con quienes montamos el servicio de sidrería para el invierno, empezamos a buscar una cerveza sin alcohol de calidad, algo que parecía tener demanda. Nos trajeron la Krombacher sin alcohol y a partir de ahí, nos animaron a probar con distintas marcas y referencias de importación: tostadas, rubias, de trigo... Hemos visto que mucha gente prefería pagar un poco más por esas cervezas en vez de las marcas nacionales con las que estábamos acostumbrados a trabajar. A la gente le gusta la cerveza y nos hemos animado a organizar esta feria.
¿Qué es lo que podrá encontrar la gente estos días?
Vamos a tener once cañeros de cerveza, con tres marcas nacionales, tres alemanas, cuatro belgas y una inglesa y muy peculiar, la cerveza Trooper, que hace la casa inglesa Robinson's con la licencia del grupo de música heavy Iron Maiden. No es la mejor por eso, pero sí peculiar y poco frecuente. Y combinaremos todo esto con nuestro pollo de caserío asado y nuestra tortilla de patatas, además de salchichas alemanas, tanto blancas como ahumadas. El objetivo es reproducir el ambiente de los biergarten o jardines de la cerveza alemanes, con mesas corridas y la gente viniendo en familia para disfrutar de la cerveza y de la comida. Esperamos que sea un éxito. Si funciona, repetiremos el año que viene, tratando de hacerlo aún mejor.