El camping de Igara plantará robles y tendrá una depuradora

Donostia. El camping de Igara, cuyas obras recién iniciadas han sido paralizadas por el Ayuntamiento tras una denuncia del colectivo Haritzalde, plantará en el futuro 250 robles, según sus promotores, además de construir una depuradora, que costará 130.000 euros, con el fin de cumplir las normativas medioambientales.

Estos son algunos de los argumentos empleados por el propietario de la parcela, Manu Ibáñez, para rechazar que la infraestructura prevista en Igara sea contraria a los criterios medioambientales, como aseguró Haritzalde. El promotor se halla muy molesto por su denuncia y recalca que el establecimiento proyectado cuenta con todos los parabienes medioambientales. "Hemos tardado cuatro años y medio en contar con un Plan Especial, hemos hecho estudios hidrológicos...", recalca el promotor del camping, que añade que el proyecto "ha pasado por todos los filtros medioambientales", tanto del Gobierno Vasco como de la Diputación y cuenta con la licencia del Consistorio.

El promotor, sin embargo, reconoce que las excavadoras entraron días atrás en los antiguos terrenos del golf de Igara antes de contar con los últimos informes en la mano porque, según afirma, consideraba que podían actuar con la documentación que tenían. Ahora, espera que los informes de Arquitectura y Medio Ambiente del Ayuntamiento, que no duda que serán favorables, lleguen pronto. Las excavadoras contratadas para la obra tienen un coste muy elevado, incluso aunque no se usen, y hay 25 trabajadores a la espera de proseguir para intentar abrir el nuevo alojamiento de cara al verano. El proyecto prevé que haya 93 parcelas, para tiendas y mobilhomes, en terreno llano.