Gure Aitona, situado en la playa de Orio, es un restaurante con vocación y espíritu de chiringuito y, como tal, no exige a sus clientes ninguna vestimenta concreta. Puede accederse a él para comer o beber algo en traje de baño y descalzo, en plan playero total, según explica Iker Irazusta, su propietario, argentino de ascendencia vasca. Los espacios del establecimiento se completan con una barra de bar y restaurante a la carta.
A fecha de ayer, Iker Irazusta contaba con resignación 23 días de lluvia desde que comenzó su temporada y aunque cuentan con una terraza al aire libre, también disponen de una carpa cerrada con una docena de mesas y un comedor completamente cerrado. En todos los espacios se puede disfrutar de los mismos platos, pero así mismo, tienen un servicio para llevar de bocadillos, diferentes ensaladas y pollos asados.
Además de la carta, cuando se trata de un grupo, puede solicitarse un menú especial, al margen de los platos habituales que figuran en la carta con platos sencillos a base de carne y pescado. Para los sábados y domingos, se ofrece el plato del día por ocho euros y bebida, que puede consistir en pasta fresca, paellas de diferentes gustos o pollo asado. "Hacemos una cocina sencilla, rápida pero abundante, en la línea de los chiringuitos, de tal manera que se puede comer en media hora y volver a la playa", comenta Iker Irazusta. Otra opción son las raciones de patatas bravas, tigres, calamares o croquetas, además del surtido de ensaladas, hasta siete diferentes. La Gure Aitona, por ejemplo, la especial de la casa, lleva de todo un poco: lechuga, tomate, langostinos, pollo, pasta... un plato completísimo y que puede servir como plato único.
Aunque es argentino, "ya me va quedando poco de aquello en el hablar y el acento", comenta Irazusta, para añadir que "tengo sangre vasca y pienso como vasco". Sus abuelos eran de Donostia y Bilbao, respectivamente, y partieron para Argentina tras el bombardeo de Gernika. Allí se conocieron y construyeron una casa al estilo de los caseriós y "toda la vida, he oído hablar de la famosa tierra de Euskadi y de hecho en mi casa se habla en euskera. De Argentina me trasladé a Gales y antes de regresar quise pasar por aquí. Y a los tres días decidí quedarme. Este es mi lugar, de tal manera que cuando voy a Argentina siento como que ya no es mi lugar". Su abuelo ya no puede ver este cambio de Iker, pero él, en su memoria y honor denomina a su establecimiento Gure Aitona.