Lugar de descanso, parada y fonda del peregrino, turismo por la zona, reuniones de trabajo? para todo ello está pensado y concebido y, por lo tanto, ofrece sus servicios el hotel Arrupe, situado dentro del conjunto de la basílica de Loiola. Abrió sus puertas a comienzos del verano en el edificio contiguo, y también de alojamiento cuando era necesario, de la antigua casa de ejercicios de los jesuitas.
A Loiola comenzaron a llegar visitantes no sólo por motivos religiosos sino más lúdicos -con el concierto de U2 hubo overbooking- y surgió la idea del hotel Arrupe que cuenta con 50 habitaciones. El "fuerte" del hotel, de una estrella pero con unas estupendas instalaciones, es que "está situado en un punto muy estratégico y adecuado para quien busque un poco de tranquilidad y sosiego, de paz y armonía, o de encontrarse a sí mismo", señala Fernando Astigarraga, responsable del hotel. El entorno ofrece además muchas posibilidades de disfrute de una naturaleza privilegiada o de visitas a las cuevas de Ekain Berri y la ruta del flysch por Zumaia y Deba.
Además, hay que recordar la existencia del "camino de San Ignacio" que, desde su casa natal de Loiola, partió, curado ya de sus heridas, hacia Manresa pasando por la Antigua de Zumarraga y el santuario de Arantzazu, a través de Aretxabaleta y Oñati, un camino mucho menos conocido y concurrido que el de Santiago, pero que igual habría que reivindicar, porque "hay mucha gente que hace este mismo peregrinaje a pie, incluso quienes vienen de Madrid y Barcelona", señala Fernando Astigarraga.
El empresarial es otro ámbito que abarca también el Arrupe, que en su tercera planta cuenta con instalaciones apropiadas para reuniones, siguiendo la estela del santo, que según algún empresario de la zona, tuvo una visión "empresarial" a la hora de fundar la Compañía de Jesús.