Con la tensión propia de los últimos preparativos de la reapertura del restaurante con hotel Atalaia, el propietario y cocinero del mismo, Inazio Muguruza, se mostraba ayer contento y optimista con las reformas y mejoras llevadas a cabo en los últimos seis meses. "Quiero que todo funcione bien, cumplir con los requisitos máximos de garantía con el cliente como lo hemos hecho hasta ahora para que se sienta a gusto, hemos instalado mucha mecánica moderna, ha cambiado la decoración de los comedores y también la zona del parking, dando mucho más espacio al jardín".
Entre lo novedoso de sus instalaciones está la cogeneración eléctrica que ha montado, que produce luz con consumo de agua caliente, el mecanismo de la nueva cava de vinos, con el fin de que el cliente lo disfrute a la temperatura adecuada, un techo acústico nuevo y la reforma de la cocina".
Este hotel-restaurante Atalaia está situado en una "isla de carreteras", en el barrio Ventas de Irun, lo que no le impide estar rodeado de una espléndida zona ajardinada. Ocupa el mismo lugar que lo hiciera el caserío Aritsondo donde el padre de Inazio Muguruza explotaba una de las ganaderías más fuertes de la zona hasta que llegaron las expropiaciones: primero fueron los terrenos que ocupaban los manzanales, para la construcción de la red viaria de una rotonda, y luego los terrenos para la construcción de un centro comercial.
El padre se adaptó con buen espíritu a la nueva situación y junto con Inazio, el hijo pequeño del dueño del caserío, optó por la hostelería. Así el Aritsondo se convirtió en Atalaia.
El restaurante-hotel conserva la misma fisonomía arquitectónica que en su origen, aunque ampliada, y el nombre de Atalaia, que a su propietario le parece comercial. le sirve para hacerle un guiño al caserío recordando el nombre en euskera de la tranca de las puertas.
Muguruza quiere dejar claro que se trata de "un restaurante con hotel, un hotel pequeñito, con encanto, que no tiene ningún interés de competir con otros hoteles". No pertenece a ninguna cadena y está fuera de lo normal, en sentido positivo, dentro del sistema hotelero. "El hotel es un complemento para el restaurante lo mismo que lo es la cava de vinos".
El restaurante Atalaia ofrece un menú diario de trabajo por 15 euros o un menú degustación por 38 euros, bebida y café incluidos.
Es un lugar cómodo, agradable y propicio para bodas, reuniones familiares y de grupos de trabajo con salas propias para sus diversos usos. Se complementa con una terraza de 150 metros cuadrados y un amplio espacio ajardinado en el exterior.
El visitante puede sentir que se encuentra en plena naturaleza, practicar deporte en el frontón del Atalaia o, dada su cercanía con Hondarribia, trasladarse al golf de Jaizubia.