Forma parte de la entrada a la plaza de la Trinidad desde hace varios años, pero estos días luce especialmente bella. La terraza del restaurante Txuleta experimentó una transformación casi total -sólo se salvó el suelo, que "es perfecto"- en apenas 20 días, cuando los encargados del establecimiento, Ander Esarte y Marian Garmendia, cerraron por vacaciones a principios de diciembre.
Todo comenzó con el tejado de la plataforma, que al ser de cristal "generaba mucho calor en verano y tenía alguna fuga de agua en invierno", apunta el cocinero. Así, él y su mujer se lanzaron a la aventura y decidieron dar "un toque más moderno" a la parte exterior del restaurante con una reforma integral de la terraza. "Teníamos ganas de darle nuestro toque y estamos orgullosos con el resultado", asegura.
Y se pusieron manos a la obra; contactaron con el Estudio Kefren, también encargado de la remodelación anterior, y confiaron en el buen gusto de Raúl Alonso.
Según Esarte, el decorador se encargó del proyecto "de manera ejemplar". Tanto es así, que el cuadro que decora una de las paredes de la terraza, en el que puede observar la bahía de La Concha, el litoral y la isla Santa Clara, lo pintó el propio Alonso y "levanta pasiones" entre los comensales que han disfrutado a día de hoy de la plataforma.
Además, el restaurante Txuleta puede presumir de lucir un botellero exclusivo en el mundo en uno de los laterales de la terraza, que llama la atención por la incorporación de bombillas de tecnología LED que resalta su diseño. "Llama la atención a los clientes porque las botellas están suspendidas en el aire y muy iluminadas, otorgando importancia a los caldos", explica el cocinero.
Las paredes están revestidas de pizarra natural, el techo renovado y el mobiliario acorde a la filosofía modernista de la terraza.
Todo está al detalle en el lugar, y la cristalera que separa la plaza de la plataforma luce unas serigrafías de Alonso y un texto en ensalza la importancia de la parrilla en la gastronomía, escrito por Mikel Corcuera.
Costó esfuerzo trabajar a contra reloj para que todo estuviese a punto a la vuelta de las vacaciones de Ander y Marian, pero ya es una realidad. La terraza se complementa, además, con unos focos exteriores que iluminan la entrada del restaurante y parte de la fachada exterior, y más luces LED para marcar el perímetro de la estancia.
Los propietarios se encuentran "muy satisfechos" del resultado, ya que tras la reforma consiguieron "crear dos ambientes" en el local; uno más moderno para la terraza y otro más tradicional para la entrada y el restaurante interior.
Esarte duda sobre la posibilidad de transformar en interior del establecimiento en un futuro. "De momento, con la obra de la terraza, tenemos suficiente", bromea.
Ander Esarte Abrego y Marian Garmendia posan orgullos en la nueva terraza del restaurante que dirigen frente al cuadro de Raúl Alonso. foto:irati gonzález