Era de esperar. Un año de parón en 2020, otro descafeinado en 2021, y ¡por fin! hoy Maritxu Kajoi ha regresado a Arrasate con toda su artillería festiva. Haciendo gala de su esencia popular en una jornada que para muchos está marcada en rojo en el calendario. La marea de maritxuzales que se han dado cita en la localidad cerrajera está dando sobradas muestras de la excelente salud de una fiesta, con devotos de todas las edades, que ha vuelto por la puerta grande.

Primer viernes de octubre. Toca enfundarse el traje y el vestido; reunirse con la cuadrilla y potear. Hoy se ha repetido el guión: ruta de bar en bar y restaurantes a rebosar, con el cartel de completo colgado desde hace semanas. Maritxu Kajoi en todo su esplendor; recuperando sus actos y con el tradicional escapulario alrededor del cuello. El mejor milagro –aunque el oficial se desvelará pasadas las ocho y media de la tarde– ha sido, sin duda, el regreso de la esperada y desenfadada fiesta con todos sus ingredientes.

Trajes aderezados con corbata o pajarita, y vestidos de variopintos estilos y colores han inundado las calles. Bajo un sol de justicia, el goteo de maritxuzales ha comenzado a sentirse desde el mediodía, cuando el centro urbano se ha transformado en una gigantesca pasarela llena de elegancia, que esta tarde recibirá a mucho más público.

Arrasatearras y visitantes se han puesto una vez de tiros largos para exprimir a tope una celebración que nunca defrauda.

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Arrasate celebra Maritxu Kajoi Anabel Dominguez