Tras dos años complicados para el sector turístico, 2022 ha sido el de la recuperación definitiva de la actividad, aunque ha tardado en hacerse realidad. Aunque los primeros meses del año fueron complicados, debido a las restricciones de la pandemia todavía vigentes y el estallido de la guerra de Ucrania, que retrajo la llegada de visitantes internacionales debido a la gran incertidumbre generada, el verano ha sido sobresaliente. “Se han superado todas las expectativas”, confirman desde la dirección del Hotel Catalonia de Donostia, que explican los buenos datos debido a la recuperación del turismo internacional. “Nos ha venido mucho europeo, pero también se ha vuelto a mover el mercado americano y asiático”, señalan desde la dirección de este hotel donostiarra que abrió sus puertas en agosto de 2020.

Los datos confirman una tendencia que ya se apuntaba antes de la pandemia y es que Gipuzkoa continúa teniendo un filón turístico cuyo techo parece no llegar, y desde el sector se muestran optimistas con que no sea algo coyuntural, sino estructural. “Tenemos la sensación de que los próximos meses van a ser buenos. Septiembre en Donostia funciona muy bien y octubre se presenta como un buen mes para el turismo de eventos y empresas. Noviembre es un mes tranquilo, pero tenemos dos citas que hacen que los datos repunten, que son la Behobia y la maratón. Así que la perspectiva es buena”, aseguran. No obstante, el cliente ha cambiado su comportamiento y las reservas de última hora ganan peso respecto a quienes programan con antelación sus vacaciones. Y a los hoteles les toca jugar con esta incertidumbre. “Cambia todo mucho de un día para otro. De repente tienes libres 20 habitaciones y al día siguiente ya no queda ninguna. La tendencia es que la gente reserve cada vez con menos antelación”, aseveran.

En la comarca de Bidasoa, el verano de récord es tan evidente que la ocupación hotelera en Hondarribia, por ejemplo, ha alcanzado el 98%, ocho puntos por encima de 2019. “Alcanzar estos datos de ocupación e ir recuperando los datos del turismo internacional previos a la pandemia son motivos para estar muy satisfechos y realizar un balance positivo de este mes en la localidad. Hondarribia siempre ha sido, por su gran potencial turístico, un destino elegido por muchas personas nacionales y extranjeras”, ha señalado María Serrano, vicepresidenta de Bidasoa Activa.

Pero los buenos datos de turismo no se circunscriben únicamente a la costa. En el interior, comparten la sensación de que el de 2022 ha sido un año magnífico en lo que a llegada de viajeros respecta. “La recuperación ha sido muy significativa”, dicen desde la oficina de turismo de Loiola, en Azpeitia, que han vivido el final de la pandemia con la conmemoración del quinto centenario de la conversión de San Ignacio, una efeméride que ha supuesto la atracción de un todavía mayor número de turistas. “Ya cuando en primavera se abrieron las fronteras y se acabaron las restricciones augurábamos que esto iba a marchar bien, y así ha sido. El verano ha sido de despegue total”, cuentan. “Lo que se ha notado este verano es que se han recuperado algunos públicos que con la pandemia habían desaparecido. Por ejemplo, los turistas americanos y asiáticos. También hemos recuperado mucho los viajes organizados, los autobuses de grupos”, explican, al tiempo que añaden: “Estamos muy contentos con esta vuelta a la normalidad”.

También se muestran optimistas de cara a los próximos meses: “Septiembre está siendo bueno, sobre todo porque estamos teniendo mucho visitante extranjero y nuestra previsión es que octubre también funcione bien. Hay que tener en cuenta que los turistas extranjeros, sobre todo americanos y asiáticos más que europeos, viajan fuera de temporada. Y además, hemos recuperado otros públicos desestacionalizados, como los viajes de jubilados”.