- "Se busca camarero". Cada vez es más frecuente ver este tipo de mensajes en las puertas de algún restaurante de Urola Kosta o, directamente, en sus redes sociales. Se acerca Semana Santa y en el horizonte, cada vez más cerca el verano. Urgen camareros.

Es el caso del bar Idoia, situado en la rampa de Zumaia. Un pueblo que apenas supera los 10.000 habitantes y en cuanto sale el sol (a veces, incluso con lluvia) el municipio se inunda de turistas locales y extranjeros. Para Imanol Lopez, dueño del restaurante Idoia, "es difícil que la gente del entorno llegue a trabajar aquí y más a día de hoy que hay mucha demanda en todos los lugares". Lopez es consciente de que hay que buscar nuevas fórmulas y estar abiertos a ofrecer puestos de trabajo a gente de todos los lugares del mundo creyendo en la diversidad.

Otro tipo de restaurantes son los que abren por temporadas. Es el caso de Belen Maiz, dueña de Enbata (conocido popularmente como la cantina de Zumaia), que tiene problemas para encontrar personal y está buscando "nuevas fórmulas para lograr camareros".

En Zarautz, tienen el mismo problema, pero a menor escala, ya que cuentan con más de 22.000 habitantes. Xabi Oliden, dueño del restaurante Xarabi (situado en el Malecón) también cree que con el tiempo menos jóvenes van a buscar trabajo al bar, aunque "menos mal que siempre hay algún joven que quiere trabajar".

La hostelería fue uno de los sectores más azotados por la pandemia y los tres dueños coinciden en que la gente está buscando otras alternativas para trabajar. Maiz y Oliden, son conscientes de que cada vez se educa con hábitos más sobreprotectores que llevan a la comodidad extrema del joven y "así no valorarán el dinero conseguido con el esfuerzo propio".