inco años han pasado desde que los vecinos y vecinas de Araotz se embarcaran en la aventura de transformar la antigua Nesken Eskola en una fonda. Un sueño que ya se ha hecho realidad. Cuatro apartamentos turísticos y un bar-restaurante se alojan en el interior de este edificio enclavado en este barrio rural de Oñati, rodeado de escarpados picos y conocidas sierras.

Este equipamiento se presenta como un reclamo para revitalizar Araotz desde su parte más social, la que toma el nombre de Elizondo y acoge también la iglesia, el frontón y un local de encuentro. Aunque el recorrido ha sido largo, las obras están concluidas y el nuevo combinado de alojamiento y servicio de hostelería está listo para afrontar su siguiente fase: encontrar a una persona (o personas) que coja las riendas de este negocio en el reconvertido inmueble que funcionó como escuela hasta 1971.

La alcaldesa Izaro Elorza, el concejal Xabier Igartua, y los araoztarras German Barrena y Mirari Ibabe, esta última actual auzoalkate de Araotz, han presentado esta semana la coqueta fonda. Distribuida en dos plantas, en la baja se acomoda el bar con su correspondiente cocina y un espacio para alrededor de 40 clientes, además de un apartamento adaptado para personas con movilidad reducida. En la bajocubierta se ubican otros dos apartamentos y un estudio de dos y una habitación, respectivamente. Se han habilitado dos entradas para acceder de manera independiente a los alojamientos y al bar, aunque en el interior las instalaciones están comunicadas. En el exterior el porche alberga una terraza y una zona de aparcamiento con 45 plazas.

Con toda la infraestructura preparada falta por atar el último cabo suelto: adjudicar su explotación, un proceso que los responsables municipales esperan poner en marcha "en abril" con la correspondiente convocatoria del concurso. "Si todo va bien y alguien se anima a dirigir esta actividad, la fonda se abrirá en junio o julio", avanzaron.

Las obras, por su parte, se han financiado a tres bandas. Con una inversión que ronda los 900.000 euros, tal y como precisó la alcaldesa, el Consistorio y los araoztarras han aportado a partes iguales 200.000 euros cada uno, mientras que el Gobierno Vasco, a través del programa Erein para la promoción y desarrollo de zonas rurales, ha asumido el resto del gasto (una pequeña parte la costea la Diputación de Gipuzkoa). Asimismo, a tenor del acuerdo alcanzado, el barrio cede el edificio al Ayuntamiento para que lo gestione por diez años, y una vez transcurrida esta década se devolverá el inmueble a la propiedad que, sin embargo, no podrá enajenarlo o venderlo hasta que se amorticen las obras realizadas, al menos durante los 20 años siguientes al plazo de cesión.

"No se busca atraer un turismo masivo, sino ofrecer un servicio a quienes recalan en Araotz (escaladores, montañeros...), a la vez que un punto de encuentro para los vecinos", recalcó Xabier Igartua. Un recurso, por tanto, que dé vidilla a este sensacional paraje y sea una puerta de entrada al visitante. Las personas interesadas y, el público en general, tendrán ocasión de contemplar los resultados de los trabajos acometidos en los últimos años el próximo fin de semana. Las jornadas de puertas abiertas se llevarán a cabo el 18 (de 17.00 a 20.00 horas) y 19 y 20 de marzo (de 11.00 a 13.00 horas y de 16.00 a 20.00 horas).