"Siento mucho haber destrozado a la familia. Pido perdón. Si pudiera dar marcha atrás lo haría", ha dicho este martes el hombre acusado de violar y abusar de su sobrina, menor de edad, en múltiples ocasiones durante seis años, al tiempo que ha reconocido lo sucedido pero ha negado haber actuado con "intimidación" o "amenazas".

El acusado, que ha consignado en la cuenta del juzgado 15.000 euros como compensación por los perjuicios sufridos por la niña, que tenía entre 9 y 16 años cuando sucedieron los hechos, ha conseguido de esta manera que la Fiscalía le haya apreciado la atenuante de reparación del daño causado, durante el juicio por estos hechos celebrado este martes en la Sección Primera de la Audiencia de Gipuzkoa.

El representante del Ministerio Público ha rebajado así en seis meses su petición de condena y ha reclamado que se impongan al procesado catorce años y medio de prisión como autor de un delito continuado de agresión sexual, en vez de los quince que pedía inicialmente.

Según la versión de la Fiscalía, los hechos ocurrieron entre 2011 y 2018 en una localidad del interior de Gipuzkoa y en una vivienda "vacacional" a la que el procesado y su víctima acudían fuera de Euskadi.

El acusado presuntamente habría aprovechado que la niña iba "casi todos los fines de semana" al domicilio en el que él residía junto a su madre y abuela de la pequeña para cometer los hechos, actuando "con ánimo de satisfacer sus deseos libidinosos, aprovechando la relación de parentesco y confianza que le unía" con su víctima, así como la corta edad de la niña y su "escaso desarrollo intelectual".

De esta manera, aprovechaba los momentos en los que la pequeña "se quedaba en su compañía y fuera de la vista de los demás miembros de la familia" para llevarla a su cuarto "de forma reiterada", en ocasiones "en contra de su voluntad e incluso llevándola en brazos", para presuntamente abusar de ella.

En algunas ocasiones, aclara el texto de la Fiscalía, también le ofrecía "chucherías", si bien en otras la advertía de que si ella no le hacía caso "iba a causar mal a un perro de su propiedad o iba a abandonarlo".

De esta forma, casi todos los fines de semana que la niña acudió tanto a este domicilio como a la vivienda de vacaciones situada fuera del País Vasco, el inculpado presuntamente la sometió a distintos tocamientos y la obligó a hacerle felaciones, entre otro tipo de abusos.

Durante la vista celebrada este martes, el fiscal ha considerado que todos estos hechos "han quedado acreditados" en la vista, entre otras pruebas, por la declaración de la víctima que, según ha comentado, ha sido "coherente, persistente y carente de contradicciones", sin que en se haya percibido en ella interés alguno de "perjudicar" a su tío.

Este testimonio, en opinión del Ministerio Público, se ha visto corroborado además por las declaraciones en de los progenitores de la niña, así como las de los profesionales del equipo psicosocial que atendieron a la niña.

Por su parte, el abogado de la defensa ha puesto en valor el reconocimiento de lo sucedido por parte de su cliente, así como su "total arrepentimiento" y su "petición de perdón", si bien ha discrepado sobre las "amenazas" y la "intimidación" con el perro que supuestamente habría realizado hacia su sobrina, sobre las que, a su entender, se han producido "discrepancias" durante el juicio.

Este letrado ha insistido además en que las situaciones sexuales cesaron cuando la víctima "se lo pidió", ha destacado que su patrocinado colaboró con la justicia "desde el primer momento" y ha hecho "todo lo que está en su mano para reparar el daño causado", además de haber recibido voluntariamente tratamiento psiquiátrico.