A sus 23 años, atesora una trayectoria universitaria brillante. Nerea Solabarrieta atiende a este periódico desde Barcelona, donde trabaja gracias a una beca de Caixabank. Su dulce voz contrasta con la contundencia del mensaje. "Que nadie nos infravalore; los grados técnicos también son cosa de mujeres", proclama esta joven, que inició su formación académica en el Instituto Antigua-Luberri de Donostia y que, a base de tesón y esfuerzo, ha acabado siendo reconocida con el premio WONNOW, que concede CaixaBank y Microsoft a las mejores estudiantes de grados universitarios científicos y técnicos.

Ha sido reconocida entre 723 candidaturas de 65 universidades de todo el Estado. En un entorno académico y laboral tradicionalmente masculinizado. "Poco a poco se va equilibrando el reparto entre hombres y mujeres. En mi promoción ha sido bastante paritario, pero todavía parece que persiste ese prejuicio, y veo que queda mucho por hacer. Es como si tuviéramos grabado o asumido que un grado técnico es cosa de hombres. Como si las mujeres tuviéramos que limitarnos a trabajar en el ámbito sanitario". Ella reniega de esa lectura, y predica con el ejemplo.

La joven guipuzcoana ha cursado un doble grado: Administración y Dirección de Empresas, e Ingeniería Informática. Cinco años de estudios para sacar adelante carreras STEM, acrónico que tiene su origen en las siglas en inglés de las palabras: Science, Technology, Engineering y Mathematics.

DISCIPLINAS DE FUTURO

Cuatro ramas de conocimiento que abarcan desde la Nanociencia a la Aeronaútica pasando por el desarrollo de aplicaciones Web. Un campo con infinitas salidas laborales. Los perfiles más demandados por las empresas son los relacionados con estas disciplinas, relacionadas con la Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas. La previsión es que las necesidades en este sector vayan en aumento.

Tras cinco años intensos de carrera, la guipuzcoana no puede estar más orgullosa. "Hay quien piensa que es poco menos que imposible sacar adelante una ingeniería. La verdad es que hay que trabajar duro, pero el resultado recompensa". Anima a futuras estudiantes a que "nunca nada ni nadie sea capaz de hacerles pequeñas o las infravaloren".

El reconocimiento ha sido el broche final a una brillante trayectoria universitaria. "Es la guinda tras cinco duros años de carrera. Pero lo que más me enorgullece es ser parte de esta iniciativa que ayuda a visibilizar las carreras STEM, en las que a día de hoy sigue habiendo mucho camino por recorrer", recalca la donostiarra.

INTERÉS POR LA TECNOLOGÍA DESDE NIÑA

"Desde bien pequeña me había atraído la informática y la tecnología, me ha generado siempre mucho interés e inquietud, y cuando vi que la Universidad de Deusto en su campus de Donostia ofrecía este doble grado, lo tuve claro. Visto cómo ha ido todo, es lo mejor que podía haber hecho", señala orgullosa.

El consejo de Solabarrieta es contundente. "Sea lo que sea lo que les guste, que lo hagan o que por lo menos lo intenten. Evidentemente, la universidad es dura, pero yo soy de las que cree que este esfuerzo merece la pena", explica la donostiarra.

"Si sueñan con ello, mi consejo es que no hagan caso de los estereotipos que puedan existir en la sociedad, que lo hagan por ellas mismas porque es, además, a lo que luego en un futuro se van a dedicar". Lo más más importante, insiste Solabarrieta, es que "nunca permitan que nada ni nadie sea capaz de hacerles pequeñas".