- El proyecto para crear una línea de autobús absolutamente electrificada en Donostia dio el pasado martes un nuevo paso adelante, con la aprobación por parte de la Junta de Gobierno de la petición al Gobierno Vasco para que lleve a cabo la redacción del proyecto constructivo para la transformación la línea 17, que une el barrio de Gros y la zona hospitalaria.
El cambio prevé destinar un espacio reservado en la calzada para los autobuses eléctricos, así como paradas al ras de los vehículos, entre otros cambios urbanos, que tienen un elevado coste, cercano a 40 millones de euros. Por ello, en la actual situación de crisis derivada de la pandemia del coronavirus, la ejecución de la obra en el periodo inicialmente previsto (para 2022) podría quedar en entredicho, aunque el Ayuntamiento sigue con la tramitación del proyecto, de modo que, antes o después, pueda convertirse en realidad.
La Diputación, que se sumó a un primer convenio para la implantación del sistema, junto al Consistorio y el Gobierno Vasco, optó finalmente por retirarse, según señalaron fuentes municipales, por lo que las distintas aportaciones que había previsto el Ayuntamiento han sido modificadas. El nuevo calendario recibió también el visto bueno de la Junta de Gobierno local el pasado martes. Ya en marzo, el Consejo del Gobierno Vasco aprobó un convenio de colaboración con Donostia para la financiación del plan.
Mientras el grueso de la inversión corresponde al Gobierno Vasco, el Consistorio también tenía consignados para este año 1,5 millones de euros, más otros cuatro en 2021 y 1,3 en 2022. El plan económico ha variado y este año el Ayuntamiento retira la asignación (aún no hay nada que financiar), pero prevé aportar 273.000 euros en 2021, otros 7,2 millones en 2022 y 1,3 en 2023.
El proyecto de Bus Eléctrico Inteligente (BEI) se pensó inicialmente para la línea 28-Amara-Ospitaleak, pero algunas dificultades técnicas, como la instalación de pantógrafos (postes de carga eléctrica) en el Boulevard (que se cierra muchas veces por festejos) aconsejó cambiarla por la 17. Este trayecto, por lo visto, no tiene dificultades para colocar estos instrumentos tanto en Jai Alai como en Miramon, donde ya existe uno que se instaló de modo experimental.
Actualmente la línea 17 funciona con ocho autobuses de doce metros y los planes institucionales apuntan a que en el futuro necesite nueve articulados de 18 metros. Circularían siete y otros dos quedarían en reserva.
A lo largo del año 2018, un autobús articulado eléctrico de Irizar llevó a cabo pruebas para analizar cómo implantar la línea eléctrica y en qué trayecto hacerlo. La experiencia sirvió también para comprobar el funcionamiento del nuevo bus.
Una vez avanzadas las obras, la empresa Dbus deberá adquirir los autobuses articulados, todos ellos de 18 metros y con garantía de 0 emisiones a la atmósfera.
La iniciativa será financiada por el Gobierno Vasco y el Ayuntamiento, ya que la Diputación se retiró del proyecto