l coronavirus ya se ha llevado por delante a algunas fiestas y amenaza con repetir la jugada en las celebraciones que están por llegar. La primera afectada por las restricciones impuestas a causa de la emergencia sanitaria y el estado de alarma fue Erramu Zapatuko feria, que el pasado día 4 sustituyó las calles de Bergara por los balcones, en el marco de la propuesta alternativa que lanzó Xaxau jai herrikoien konpartsa.

Los acontecimientos donde la multitud se agolpa están en el punto de mira. Cancelaciones y aplazamientos a otras fechas son las opciones que están sobre la mesa para una nutrida lista de festejos que tocan a la puerta del calendario festivo de Debagoiena, y cuya suspensión acarreará más pérdidas económicas, sobre todo, en los negocios que hacen caja durante estas jornadas.

"Ante estas crisis sanitaria actuaremos con responsabilidad y no celebraremos las fiestas", anunciaba hace unos días la comisión de festejos del barrio arrasatearra de San Andrés. El programa de actos previsto del 1 al 3 de mayo se vino abajo. Con los sanisidros de Musakola, en Arrasate, la decisión todavía no está tomada, a la espera de cómo evoluciona la hoja de ruta para salir del confinamiento. Si a mediados de mayo no es posible, se baraja la posibilidad de montar la fiesta tras el verano y con otro formato.

En Antzuola las celebraciones de San Isidro se han cancelado, y en Oñati, el barrio de Olabarrieta ya se ha dado de baja en el calendario de festejos de 2020, al igual que los Sanmiel txikis el segundo fin de semana de mayo, aunque la comisión ha informado de que estudia alternativas para ambientar esos días.

Qué ocurrirá con el Corpus oñatiarra y su procesión (14 de junio) aún no está decidido. "En esta segunda quincena de marzo haremos una reunión con los diferentes agentes del Corpus: la cofradía, los dantzaris, la iglesia€ para abordar el tema", explican desde el Gobierno municipal.

Del 29 de mayo al 2 de junio los bergareses tienen, en principio, una cita con sus Pentekostes. Está pendiente de adoptarse una decisión. Desde el Gobierno municipal señalan que "hay que ver" las medidas que se implantarán cuando se levante el confinamiento, "aunque no dejará de haber limitaciones". Todo apunta a que las fiestas no podrán celebrarse con normalidad, siguiendo el modelo que "conocemos hasta ahora". Aglomeraciones de gente como en la bajada de Bitorianatxo no encajan en la situación actual. "¿Qué se podrá hacer?" está en el aire, y habrá que resolver si los Pentekostes se suprimen o, como plantean algunos, trasladan sus actos a los sanmartines, en septiembre (entre otras fechas festivas).