Un estudio que acepta ideas de Áncora y el COAVN
El trabajo descarta las propuestas de Ondare, “fotografías sin valor unitario”
donostia - El documento que persigue ampliar la preservación de edificios de interés en la capital guipuzcoana, elaborado por un equipo de expertos por encargo del Ayuntamiento, ha tenido en cuenta algunas peticiones presentadas por distintos grupos ciudadanos, como Áncora, que ha elevado numerosas propuestas, algunas de las cuales ya estaban incluidas en el Plan Especial de Protección del Patrimonio Urbanístico y Construido (Peppuc), según señalan los redactores. Uno de ellos, Luis Sesé, fue uno de los autores de las primeras versiones del documento, en cuya transformación también tomó parte posteriormente Jon Chavarri, el actual director de Urbanismo del Ayuntamiento de Donostia.
Además, otros colectivos han presentado también iniciativas para ser incluidas en el catálogo. Por ejemplo, la Asociación de Vecinos de Ulia y Altzako Historia Mintegia (AHM), aunque los redactores del plan señalan que existe un falta generalizada de datos para identificar algunos de los edificios señalados por este último colectivo. La plataforma Padep, que agrupa a varias entidades en favor de la conservación de edificios, también ha remitido iniciativas, al igual que el Colegio de Arquitectos, que ha logrado introducir en el documento siete nuevos casos de arquitectura moderna, que se unen a los seis del mismo periodo que ya estaban en el documento anterior.
El trabajo también tiene en cuenta la protección de 33 frentes comerciales, que figuran en un encargo realizado por el propio Ayuntamiento a Áncora.
Por otra parte, el informe deja fuera las numerosas solicitudes de Ondare, repartidas por toda la ciudad. “Por cada elemento presentan el número de expediente municipal, autor y fecha, además de una fotografía. El abanico de fechas es muy amplio, dentro del siglo XX, llegando hasta la década de los 70, y ocupan una proporción importante edificios entre medianeras y esquinas de manzanas, en torno a los años 50”, dicen los autores de la revisión, que añaden que “esta alegación se caracteriza por la diversidad de elementos y por la ausencia de un argumento común de protección, siendo una colección de fotografías recogidas sin un criterio unitario”. Consideran que es “un conjunto indiscriminado de imágenes” y “da lugar a la confusión, además sin valor patrimonial en la gran mayoría de los casos”, por lo que no cumplen los criterios del Peppuc, según los expertos.
El origen de la revisión del Peppuc se sitúa en el malestar ciudadano tras el derribo de distintos edificios considerados de valor, al menos paisajístico, para Donostia, como Miracruz 19 y numerosas villas históricas. - C.A./A.Z.